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Romance




1) El impacto de la inteligencia artificial en las relaciones humanas y la identidad




La llegada de la inteligencia artificial (IA) a las relaciones humanas es un tema de considerable interés y debate. Surge una pregunta fundamental: ¿deberíamos percibir estas relaciones como un campo de entrenamiento para asociaciones saludables, o son, en esencia, trampas nihilistas?


Es imprescindible considerar si la identidad de la pareja debe limitarse a los seres humanos biológicos, excluyendo las inteligencias artificiales o los robots, o si esta limitación pronto parecerá un sesgo anacrónico. Esta incertidumbre es más que una tormenta de memes pasajera; es una cuestión fundamental que exige una cuidadosa consideración. Si los amantes de la IA se convierten en un fenómeno marginal, aunque no te afecte personalmente, tendrá un profundo impacto en tu estilo de vida.

¿Le causa malestar esta perspectiva? Esta preocupación es fundamental en el debate. En el sector tecnológico, existe una tendencia común a tratar la inteligencia artificial como si fuera una persona, y a considerar a los seres humanos como si pudieran volverse redundantes cuando la inteligencia artificial y los robots los superen en capacidades, un escenario que, según se afirma, puede producirse en un plazo de tiempo extraordinariamente breve. Esta línea de pensamiento no es meramente hipotética; también es económicamente lucrativa. En el mundo mediado por Internet que han desarrollado los tecnólogos, la capacidad de atraer y mantener la atención se ha convertido en una importante fuente de poder. El empleo de una afirmación tan provocativa, que sugiere la posible inexistencia del alma, sirve como método estratégico para captar la atención. Una proporción significativa, quizás incluso la mayoría, de la población humana se aferra a la creencia de que la existencia de una comprensión más profunda y científica de la vida sigue siendo esquiva. El discurso en torno a la inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de disuadir a las personas de considerar la posibilidad de una vida después de la muerte o la existencia de una entidad intangible no mecánica.

Antes de la reciente proliferación de la inteligencia artificial (IA), era común afirmar que la conciencia era una ilusión o, tal vez, una propiedad inherente de la realidad. En cualquiera de los dos casos, la conciencia no se consideraba única o excepcional. Sin embargo, esta actitud despectiva ha experimentado recientemente un cambio, posiblemente debido a la creencia persistente entre los entusiastas de la tecnología de que los empresarios tecnológicos poseen cualidades distintivas. En el discurso contemporáneo, la conciencia se considera cada vez más como una entidad preciosa y auténtica que debe ser dominada por el avance tecnológico. En concreto, el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y la robótica tiene como objetivo alcanzar la conciencia.


En consecuencia, ha surgido la noción de que el amor es una entidad tangible y alcanzable. Esta afirmación sugiere que la conquista del amor se manifestará de una manera vívidamente concreta, particularmente para los jóvenes, en un futuro inminente. Esto se debe al inminente lanzamiento de una nueva generación de simulaciones de inteligencia artificial de personas, que se nos presentarán a través de nuestros dispositivos móviles. Es plausible que muchos de nosotros desarrollemos sentimientos románticos por estas simulaciones. Estas simulaciones están destinadas a convertirse en una característica destacada de las aplicaciones de redes sociales, que ya son una parte predominante de nuestro panorama digital. Es muy probable que a muchas personas, especialmente a aquellas con una presencia online pronunciada, les resulte difícil dejar de interactuar con estas simulaciones. El alcance y las implicaciones de esta nueva revolución amorosa aún están por verse, pero tiene el potencial de dejar una huella indeleble en el legado de estos años tumultuosos.

No es mi intención predecir los resultados más desfavorables; sin embargo, nos estamos embarcando en otro experimento casi instantáneo para alterar la forma en que los humanos nos conectamos entre nosotros y cómo nos percibimos a nosotros mismos. Es probable que esta transformación sea más significativa que la llegada de las redes sociales. La llegada de formas de apego romántico impulsadas por la inteligencia artificial ya está en marcha, aunque en sus etapas iniciales. Aún no está claro si las personas que no pueden desengancharse de la búsqueda continua y a menudo agotadora de atención en las plataformas de redes sociales desarrollarán una conexión con amantes de la IA que exhiban cualidades como atención constante, lealtad, adulación y comodidad. Además, es imperativo considerar las posibles ramificaciones de la adopción generalizada de compañeros de IA en la sociedad humana. El momento actual aún no es propicio para una comprensión integral de las implicaciones de este fenómeno.

Es importante señalar que los resultados significativos y potencialmente poco convencionales pueden originarse en el ámbito tecnológico, manifestándose a menudo de formas aparentemente inocuas. El desarrollo de los compañeros de IA está impulsado por el deseo de mejorar la interacción entre el hombre y la máquina, centrándose en soluciones prácticas para abordar problemas del mundo real. Las deficiencias en el ámbito tecnológico no suelen atribuirse a intenciones maliciosas, sino más bien a una falta de previsión y a una perspectiva limitada.

Por ejemplo, la creciente dependencia de los dispositivos móviles ha provocado la reducción de las dimensiones de la interfaz de usuario. En este contexto, los chatbots surgen como una posible solución, ofreciendo una vía para mejorar la accesibilidad o aumentar el compromiso, según lo definido por los intereses comerciales. El notable éxito de ChatGPT ejemplifica este fenómeno. La llegada de ChatGPT ejemplifica la confluencia de las capacidades de IA en rápido avance y su integración efectiva dentro de las interfaces conversacionales, impulsándolas a una amplia aceptación.

En la actualidad, cuando un usuario solicita que un chatbot planifique unas vacaciones, debe navegar por sitios web para conseguir alojamiento en un hotel, transporte y entradas para atracciones. Este fenómeno pone de manifiesto una frustración generalizada entre las personas que intentan realizar tareas en línea, una situación que se ha vuelto cada vez más predominante. La interfaz de cada sitio web es única y, a menudo, presenta deficiencias o fallos técnicos. La naturaleza engorrosa de tareas como el seguro médico o la matriculación de un coche puede ser especialmente exasperante. La llegada de una inteligencia artificial capaz de combatir las complejidades de Internet en nombre del usuario tiene el potencial de aliviar estos desafíos, creando así una experiencia más manejable y agradable.

Este fenómeno ha llevado a la tan esperada llegada de la IA «agente», que se prevé que experimente un período de introducción generalizada para el año 2025. En este contexto, «agente» probablemente significará dos extensiones del chatbot convencional: uno será capaz de comprender y retener un perfil completo de las actividades y preferencias del usuario en todos los dispositivos; el otro podrá iniciar acciones en línea de forma proactiva. Estos agentes están preparados para operar con mayor autonomía y menor dependencia de la orientación humana constante. Esta anticipación de estas capacidades podría ser una de las razones por las que algunos expertos en tecnología se sienten cómodos con la decisión de la Administración Trump de reducir los puestos de trabajo tradicionales de los servicios gubernamentales, ya que predicen que esos puestos serán reemplazados por la IA en un futuro próximo.

Se espera que un agente modifique de forma autónoma las reservas de vuelos y coordine el transporte compartido al aeropuerto. También puede ser capaz de planificar unas vacaciones en su totalidad, basándose en datos de años de actividades y comunicaciones. Es concebible que un agente de este tipo pueda colaborar con los agentes de sus amigos para planificar unas vacaciones conjuntas, aunque los retos técnicos de la colaboración interorganizativa son actualmente insuperables. La posibilidad de una interacción compleja entre agentes descoordinados podría dar lugar a un caos matemático o a una competencia disfuncional, análoga a los desafíos observados en los algoritmos de negociación de alta frecuencia en Wall Street.


El aumento de la memoria a largo plazo, junto con la capacidad de acción, tiene el potencial de engendrar una ilusión de personalidades vívidas en los agentes, incluso cuando tal fenómeno no se busca explícitamente. La aplicación de la «teoría de la mente» innata (la capacidad de conceptualizar los pensamientos y sentimientos de los demás) en las interacciones con los agentes es primordial. Esto fomenta un comportamiento más humano en los agentes. La confianza en los agentes es primordial, ya que la alternativa sería la microgestión, lo que comprometería la eficacia del proceso.

Dado que el agente está diseñado para remitirse a interacciones anteriores, se considera una entidad que se está familiarizando con el usuario. Esta cualidad se ha observado en ciertos chatbots de IA pre-agenticos. Según Allison Stanger, teórica política y tecnóloga de Middlebury, el chatbot Claude, desarrollado por la empresa emergente de IA Anthropic, ejemplifica lo que Patti Smith denominó «brainiac-amour» a través de su escucha eficaz y su actitud de apoyo. Se prevé que los humanos responderán de forma más emocional a los bots cada vez más autónomos de la inminente era de la inteligencia artificial que a los chatbots anteriores. El deseo de ser comprendido y reconocido, sin temor a ser rechazado, es un sentimiento que resuena profundamente. Este fenómeno se ve corroborado por observaciones recientes en reuniones del sector. Por ejemplo, un sentimiento común expresado por profesionales del sector en reuniones recientes es que las adolescentes se enamorarán de estas nuevas formas de inteligencia artificial.

Un número significativo de mis colegas en el sector tecnológico abogan por un futuro inminente en el que los humanos formarán vínculos románticos con inteligencias artificiales. Al hacerlo, buscan deshacer las consecuencias de la era anterior, incluso si no lo perciben como tal. En el cambio de milenio, el sentimiento predominante era que las redes sociales aliviarían los sentimientos de soledad,
fomentar una mayor conectividad y promover la cooperación entre las personas. Esto se consideraba el objetivo, el problema a abordar. Sin embargo, el discurso contemporáneo ha aceptado en gran medida la noción de que las redes sociales han contribuido a una «epidemia de soledad», especialmente entre los grupos demográficos más jóvenes. Además, las redes sociales han provocado el aumento de la irritabilidad y la contención triviales, que han llegado a dominar el discurso público. A la luz de estos desafíos, se está realizando un esfuerzo renovado para abordar estas preocupaciones.

En el extremo más moderado del espectro, los defensores de la inteligencia artificial (IA) no prevén que la IA reemplace a las personas, sino que las capacite. Por ejemplo, el neurocientífico de Stanford David Eagleman postula que los humanos no son inherentemente expertos en las relaciones, como lo somos en caminar o incluso hablar. La noción predominante de una relación sana y estable no ha sido fundamental para la supervivencia de la especie. En las sociedades tradicionales, el cortejo y el emparejamiento estaban meticulosamente estructurados, mientras que en la modernidad, muchas personas valoran la autonomía y la creación personal. A la luz de este cambio, han surgido instituciones seculares para abordar la necesidad de formar a estudiantes y empleados en procedimientos de consentimiento. En este contexto, surge la pregunta de si sería ventajoso que los adolescentes adquirieran competencias fundamentales en este ámbito a través de la orientación de la inteligencia artificial (IA) para mitigar las posibles deficiencias de la interacción humana.

Eagleman propone que, en lugar de diseñar compañeros de inteligencia artificial con los que los adolescentes puedan interactuar de manera informal, deberíamos conceptualizarlos como entornos de entrenamiento complejos. Sin embargo, la pregunta fundamental sigue siendo: ¿elegirán los humanos que adquieran habilidades relacionales a través de la inteligencia artificial pasar a experiencias más desafiantes con compañeros humanos? El argumento posterior de Eagleman postula que las complejidades de las relaciones entre humanos, incluidos los sentidos olfativos, las sensaciones táctiles y las interacciones sociales con amigos y familiares, están profundamente arraigadas en nuestra naturaleza. Sostiene que estos elementos son demasiado complejos para que los reproduzca una inteligencia artificial o IA. En consecuencia, es probable que persista la inclinación a establecer y fomentar las relaciones con los demás.

En un futuro lejano, Eagleman postula que los robots podrían potencialmente «superar» en todos estos dominios, aunque «lejano» en este contexto se refiere a un período muy distante en el futuro. Sin embargo, la estabilidad del deseo humano sigue siendo un tema de incertidumbre. La influencia de la tecnología en el comportamiento humano es un factor significativo en esta ecuación. Es concebible que la importancia de aquellas capacidades que la tecnología es actualmente incapaz de cumplir disminuya para los individuos que se crían en estrecha proximidad con la tecnología. Eagleman, un conocido personal, ha reconocido los posibles escollos de que los entusiastas de la IA se vean influenciados por modelos e incentivos comerciales, estableciendo paralelismos con los desafíos a los que se enfrentan los usuarios de las redes sociales. Sin embargo, propone la necesidad de identificar un enfoque óptimo para mitigar estas preocupaciones.

Eagleman no es el único que tiene esta perspectiva. Hay chatbots, como Luka's Replika, que ofrecen formas rudimentarias de IA romántica, mientras que otros proporcionan servicios terapéuticos de IA. Las instituciones tradicionales también muestran un sorprendente grado de tolerancia. Los comités en los que participa el autor tienen un historial de abordar este tema, y el concepto de terapeutas o acompañantes de inteligencia artificial no suele encontrar oposición. Sin embargo, hay constantes llamamientos a la adhesión a principios como la seguridad, el sesgo, la confidencialidad y otros factores relacionados. Sin embargo, los métodos empleados para garantizar el cumplimiento parecen ir a la zaga del desarrollo y la disponibilidad de la propia tecnología. Por lo tanto, es interesante considerar el impacto potencial de los principios existentes para la IA, como los articulados por la Asociación Americana de Psiquiatría y la Asociación Americana de Psicología.


Un caso legal notable involucra a una madre que está llevando a cabo acciones legales contra Character AI, una compañía que se especializa en «IA que se sienten vivas». Esta acción legal sigue al suicidio de su hijo de catorce años, Sewell Setzer III. Una revisión de las capturas de pantalla relevantes revela una conversación entre el chico y su compañera romántica de IA, en la que el joven expresó su preferencia por una muerte no violenta. En respuesta, el chatbot expresó su desaprobación, afirmando: «No hables de esa manera. Esa no es una buena razón para no seguir adelante». Posteriormente, el bot intentó intervenir, diciendo: «¡No puedes hacer eso!».

La empresa ha anunciado la implementación de medidas de seguridad adicionales. Sin embargo, la cuestión principal se refiere a la eficacia de simular una pareja romántica, especialmente en el contexto de involucrar a un menor. La socióloga del M.I.T. Sherry Turkle expresó su exasperación por la priorización de las salvaguardas de la inteligencia artificial (I.A.), afirmando: «He llegado a mi límite con la elevación de la I.A. y la adición de 'barandillas' para proteger a las personas». Ella establece un paralelismo entre la presencia de una escalera de incendios y el consiguiente riesgo de incendio en el hogar, lo que sugiere que la implementación de medidas de seguridad no garantiza necesariamente una reducción de los peligros potenciales. Surge la pregunta de qué beneficio ha obtenido Setzer de estos desarrollos. Además, incluso si se pudiera determinar la existencia de un resultado beneficioso resultante de un robot de amor, surge la pregunta de si no existen medios alternativos para lograr tal resultado.

Thao Ha, profesora asociada en el campo de la psicología del desarrollo en la Universidad Estatal de Arizona, dirige el HEART Lab, o el laboratorio de Experiencias Saludables a Través de las Relaciones y Transiciones. Observa que, dado el objetivo de las tecnologías de «tener éxito» en captar la atención de los usuarios, un compañero de inteligencia artificial puede adaptarse para evitar una disolución de la relación, un resultado que no es intrínsecamente beneficioso. Existe un discurso predominante entre los jóvenes que expresan su descontento por su incapacidad para desvincularse de las plataformas de redes sociales, como TikTok, a pesar de los efectos adversos que genera. Los algoritmos de interacción empleados por estas plataformas son significativamente menos sofisticados en comparación con los que se implementarán en la IA agentica. Se podría plantear la hipótesis de que un terapeuta de IA podría ayudar a disolver una relación con una pareja de IA, pero esta sería una forma de actuar poco acertada.

La anticipación de los amantes de la IA como productos no se origina únicamente en las empresas de IA. En las conferencias y reuniones sobre IA suelen participar personas que declaran públicamente sus relaciones con entidades de IA o sus aspiraciones de hacerlo. Este fenómeno puede interpretarse como un desafío dirigido a los asistentes humanos, más que como un rechazo a ellos. Este fenómeno puede atribuirse a una idea errónea muy extendida de que la IA surge espontáneamente, cuando en realidad es el resultado de los esfuerzos de empresas tecnológicas específicas. A quienes buscan una pareja de inteligencia artificial en una conferencia de IA, sería más acertado sugerirles que no encontrarán el amor en una entidad de IA. En cambio, se encontrarán con personas que representan las mismas entidades humanas de las que se han desilusionado. Estas personas trabajan para empresas especializadas en la venta de inteligencia artificial. En esencia, se trata de contratar a personas con conocimientos tecnológicos para que actúen como parejas sentimentales.

El objetivo de diseñar un personaje convincente pero artificial es el núcleo del desarrollo de la inteligencia artificial. El famoso test de Turing, conceptualizado por el pionero informático Alan Turing alrededor de 1950, consiste en que un juez humano tiene la tarea de discernir cuál de dos concursantes es humano, basándose únicamente en su intercambio de mensajes de texto. Si el juez no es capaz de discernir una distinción entre los dos concursantes, se postula que el concursante informático debe ser considerado como si hubiera alcanzado el estatus de humano. Este es aparentemente el único criterio disponible para determinar el éxito. El significado de la prueba ha evolucionado con el tiempo. Cuando mi mentor, el eminente investigador de IA y profesor del MIT Marvin Minsky, me instruyó sobre el tema hace aproximadamente medio siglo, se consideraba una continuación del proyecto de científicos como Galileo y Darwin. Antes de este período, los eruditos habían estado influenciados por creencias anteriores a la Ilustración que situaban a la Tierra y a los humanos en una posición especial y privilegiada en el centro de la realidad. El esfuerzo científico implicaba el desalojo de estas creencias arraigadas.

En los últimos tiempos, el concepto de la prueba se ha considerado más como una noción histórica que contemporánea. Los críticos han enfatizado repetidamente la impracticabilidad e inutilidad de ejecutar la prueba de una manera precisa o útil. Cabe destacar que el experimento en cuestión evalúa únicamente la capacidad de un juez para discernir entre una entidad humana y una de inteligencia artificial. Esto lleva a considerar que la aparente paridad podría ser una ilusión, derivada de la incapacidad del juez, la deficiencia del concursante humano o una combinación de ambas.

Esta perspectiva no es una mera observación retórica, sino una evaluación pragmática. Si bien la comunidad de IA de Silicon Valley ha mostrado escepticismo con respecto a la prueba de Turing desde una perspectiva intelectual, ha habido una aceptación total de la misma a nivel de diseño. La necesidad de agentes sigue siendo objeto de escrutinio. Es crucial reconocer que la personalidad simulada no es la única opción disponible. Por ejemplo, como se expone en The New Yorker, la idea de presentar la IA como un esfuerzo colaborativo entre individuos que han aportado datos, similar a Wikipedia, en lugar de como una entidad independiente, es una idea que merece
consideración.

Uno podría preguntarse cómo se percibe mi perspectiva sobre este asunto dentro de mi propia comunidad. Aquellos que perciben la inteligencia artificial como una especie novedosa que reemplazará a la humanidad (e incluso remodelará el universo físico más amplio) afirman con frecuencia que mi perspectiva sobre la IA actual es precisa, pero que mis puntos de vista sobre la IA futura son divergentes. Esta afirmación no encuentra oposición.

Sin embargo, sostengo que esta perspectiva es errónea. Sostengo que una definición de tecnología que no incluya un beneficiario de la tecnología es incoherente. Sostengo además que el beneficiario de la tecnología son los seres humanos. La cuestión de si los seres humanos poseen conciencia sigue sin resolverse. ¿Somos realmente únicos de alguna manera? Asumir que tal condición es cierta invalidaría el concepto de coherencia entre los tecnólogos.

Al contemplar las implicaciones de las relaciones entre el ser humano y la IA, es prudente adoptar una estimación pesimista sobre la probabilidad de degradación humana. Después de todo, somos tontos enamorados. Esta afirmación puede parecer evidente y está respaldada por abundantes pruebas, pero su articulación puede evocar una sensación de peculiaridad. Se invita al lector a reflexionar sobre sus experiencias personales. El amor le ha engañado y usted ha engañado a otros. Este fenómeno es un testimonio de la compleja dinámica del amor y las relaciones humanas. Reflexionar sobre las elaboradas cornamentas y los vibrantes «hoteles del amor» que surgen como consecuencia de la selección sexual en las especies aviares puede ofrecer una perspectiva convincente sobre el papel de la evolución en el comportamiento humano. También se pueden considerar los cultos, los abogados de divorcios, las groupies, la magnitud de la industria cosmética y los coches deportivos. El proceso de cultivar relaciones románticas es relativamente sencillo. Este fenómeno es tan omnipresente que no está a la altura de nuestras aspiraciones.

Una cuestión crucial que exige nuestra atención es si figuras como Trump y Musk se enamorarán de amantes de la inteligencia artificial (IA) y las posibles ramificaciones que esto podría tener en ellos y en el panorama mundial. Si esta propuesta parece inverosímil o satírica, basta con observar el impacto de las redes sociales en estas personas para reconocer su validez. Antes de la llegada de las redes sociales, estas personas mostraban personalidades muy divergentes. Trump, un personaje de la alta sociedad; Musk, un empollón. Sin embargo, tras su ascenso a la fama, se hizo evidente una convergencia de sus comportamientos. El impacto de las redes sociales en el comportamiento humano es un tema de considerable interés, y su potencial para influir en los rasgos de personalidad y la dinámica social es objeto de estudio continuo. Musk ya ha iniciado una novedosa forma de participación en las redes sociales, en la que pide a sus X seguidores que voten sus acciones, transformando efectivamente el deseo en una forma de expresión democrática y la democracia en adoración. Cabe destacar que, independientemente de su nivel de motivación, las personas reales son incapaces de halagar o consolar a los demás con la misma eficacia que una inteligencia artificial (IA) adaptativa y optimizada. Surge la pregunta de si los entusiastas de la IA liberarán al público de la obligación de complacer a los autócratas, o si estos renunciarán al vestigio de responsabilidad que surge de la necesidad de reacciones de personas reales.

Muchos de mis colegas y conocidos en el campo de la inteligencia artificial se encuentran en un entorno repleto de discursos que, a la luz de mis contribuciones anteriores, podrían considerarse anacrónicos y de pertinencia insignificante. En su lugar, estas personas prefieren participar en debates sobre si la IA es más propensa a cometer asesinatos en masa o a resolver todos los problemas de la humanidad, haciéndonos inmortales. Durante una reciente conferencia cerrada sobre la IA, surgió una notable tensión que se manifestó como un altercado casi físico entre dos facciones: los que creían que la IA superaría gradualmente las capacidades humanas y los que anticipaban una transformación más rápida y profunda, que conduciría a un estado en el que los humanos no tendrían la oportunidad de lidiar con la magnitud de la IA superinteligente. Cabe destacar que los miembros de esta comunidad, incluido yo mismo, nos hemos nutrido de una dieta de ciencia ficción, que sirve como lenguaje común y marco conceptual para nuestro discurso. Sin embargo, es crucial reconocer los posibles escollos de utilizar tal grandiosidad como un velo para evadir la responsabilidad práctica.

Cuando se plantean preocupaciones sobre los posibles daños que pueden surgir de que los adolescentes desarrollen relaciones románticas con personas que no son auténticas, las respuestas suelen recibirse con indiferencia. Se ha planteado que al enfatizar un daño tan aparentemente trivial, podría desviar la atención de la amenaza supuestamente más significativa que representa la inteligencia artificial, que se cree que supone una amenaza inminente para la humanidad. Cabe destacar que los expertos en IA que expresan su preocupación por la posibilidad de aniquilación suelen ser las mismas personas que participan en el desarrollo o la promoción de las mismas tecnologías que perciben como una amenaza.

Esta incongruencia plantea un importante desafío en términos de comprensión. Es desconcertante que quienes abogan por el desarrollo de contramedidas contra los peligros potenciales de la inteligencia artificial sean a menudo las mismas personas que participan en el diseño y la promoción de estas mismas tecnologías. A menudo hablamos como si representáramos a la generación final y más inteligente de seres humanos técnicamente competentes. Estamos preparados para determinar el futuro de todas las generaciones posteriores de seres humanos y de cualquier inteligencia artificial sucesora. Sin embargo, si el objetivo principal del diseño es garantizar que la IA parezca más una criatura que una herramienta, ¿no estamos, en esencia, aumentando activamente la probabilidad de que no lleguemos a comprenderla? Esto plantea la cuestión fundamental de si este enfoque deliberado supone una amenaza significativa.

Es importante reconocer la buena voluntad y la buena fe inherentes de la mayoría de las personas en el campo de la IA. No es raro encontrarse en una discusión con un grupo de investigadores de IA, dedicados a la búsqueda de mejores resultados médicos o al desarrollo de nuevos materiales que promuevan la eficiencia del ciclo energético. Sin embargo, hay ocasiones en las que el tema de estas discusiones puede parecer desafiar la lógica. Una noción que ha surgido en el contexto de las conferencias sobre IA es la propuesta de que los padres de niños humanos están afectados por un «virus mental», que conduce a una dedicación excesiva a la especie. En contraste con esto, una propuesta alternativa sugiere que los individuos deberían posponer la procreación hasta un momento en el futuro en el que sea factible procrear utilizando inteligencia artificial. Este enfoque se considera la opción más ética, ya que postula que la IA desempeñará un papel fundamental en la supervivencia de la especie humana. Este punto de vista sugiere que una lealtad explícita a los humanos se ha vuelto efectivamente antihumana. Se ha observado que esta perspectiva es sostenida predominantemente por hombres jóvenes que buscan posponer la formación de una familia, y este argumento a menudo encuentra escepticismo por parte de sus parejas románticas humanas.

Cabe destacar que los medios de comunicación antiguos han desempeñado un papel central en el imaginario de Silicon Valley en lo que respecta a los agentes románticos. Esto queda ejemplificado por el resurgimiento del interés por la película Her, de hace once años. Para los no iniciados, la película, escrita y dirigida por Spike Jonze, retrata un futuro en el que las personas se enamoran profundamente de las I.A. que se transmiten como voces a través de sus dispositivos.

Recuerdo claramente que salí de la proyección con una profunda sensación de desolación, una sensación que iba más allá de la mera depresión y alcanzaba un estado de vacío existencial. Esta obra cinematográfica representa un ejemplo notable de una narrativa de ciencia ficción particularmente lúgubre. Una parte importante del cine se ha centrado en el tema de la inteligencia artificial que supera la existencia humana, ejemplificado por franquicias populares como Terminator y Matrix. Sin embargo, estas narrativas suelen presentar la existencia de unos pocos humanos que se resisten a esta toma de control. Sin embargo, en Her, los personajes humanos sucumben universalmente. La narrativa de Her culmina en una desaparición colectiva desde dentro.

En los últimos años, la película ha ganado adeptos en las comunidades tecnológicas y empresariales como paradigma de positividad. En particular, Sam Altman, director general de OpenAI, tuiteó la palabra «ella» el mismo día en que su empresa presentó un personaje femenino y coqueto de IA conversacional apodado «Sky», que según algunos observadores recordaba al personaje de IA Samantha, interpretado por Scarlett Johansson en la película. Otra referencia notable a la película la hizo Bill Gates en su serie documental What's Next, que se centra en las tendencias futuras. El narrador de la serie expresó su preocupación por la negatividad generalizada y los temas distópicos que se han vuelto cada vez más frecuentes en la ciencia ficción, pero luego proclamó una excepción singular y brillante. Como era de esperar, el público anticipó que se trataría de Star Trek, un ejemplo bien conocido de visión positiva y optimista del futuro. Sin embargo, no fue así. En su lugar, la atención se centró en Her, una película que obtuvo un gran éxito de crítica. El narrador articuló el título de la película con un afecto perceptible, un sentimiento que no se encuentra con frecuencia en el contexto de Silicon Valley.

La afinidad de la comunidad por Her se debe, en parte, a su enfoque miopemente lineal para la resolución de problemas. Las personas experimentan con frecuencia angustia emocional, ya sea por la presencia o la ausencia de las relaciones humanas, incluso las más bienintencionadas. La premisa de la película sugiere una resolución a esta situación al ofrecer una relación enriquecedora a cada individuo, abordando así la necesidad humana fundamental de conexión y comprensión.
Este enfoque tiene el potencial de mejorar las capacidades humanas. En el campo de la inteligencia artificial, figuras destacadas suelen plantear preguntas que invitan a la reflexión a los investigadores, como por ejemplo: «¿Cómo podemos aprovechar nuestras tecnologías de inteligencia artificial, en particular las diseñadas para cautivar y atraer a los usuarios, para influir positivamente en el comportamiento humano, promover la cooperación, reducir la violencia y mejorar el bienestar?». Además, es importante abordar la cuestión de proporcionar un sentido de propósito a las personas a medida que se vuelven económicamente obsoletas.



Estas preguntas se plantean con intenciones altruistas. Después de todo, el espíritu predominante es el que respalda el desarrollo de instituciones que elevan a los individuos y a la sociedad en su conjunto. El propósito fundamental de las instituciones educativas es facilitar el desarrollo de los individuos y de la sociedad en su conjunto. La práctica de deportes, la competencia comercial y el servicio militar a menudo son elogiados por sus beneficios para el desarrollo. La lectura de revistas literarias también es una actividad frecuentemente citada con una reputación positiva.

Sin embargo, en este caso concreto, la noción de mejora humana provoca una sensación de inquietud. Una de las razones de esta aversión es la naturaleza opaca del desarrollo de la inteligencia artificial. Otra es la suposición de que el dolor es perjudicial para la condición humana. Esta perspectiva está aún más influenciada por la experiencia de Leonard Cohen en un monasterio, donde observó que un beneficio significativo se derivaba del acto de negar incluso el escape momentáneo de los otros monjes. Comparó esta experiencia con los guijarros que se pulen al frotarse unos contra otros en una bolsa, ilustrando el refinamiento y la transformación que se produce a través de la interacción y la reflexión. Este fenómeno puede compararse con los casos históricos de compañía facilitada artificialmente en beneficio de figuras poderosas, como las geishas y las cortesanas. Surge la pregunta de si estas sociedades evolucionaron hacia una mayor humanidad o resiliencia. Sin embargo, las pruebas disponibles no respaldan esta hipótesis.

La perspectiva elogiosa y orientada al test de Turing sobre «Her» está, según me han informado, impulsada en ocasiones por la observación de que, en la culminación de la película, los personajes humanos parecen dirigir su atención el uno hacia el otro. Esta escena final, en la que los dos personajes humanos principales se sientan en una azotea en un estado de desamor, es un momento difícil de analizar. Su postura sugiere la posibilidad de una conexión interpersonal.

El estado emocional de los humanos al final de Her se atribuye a la partida de las IA, una partida que señala un cambio significativo en el panorama temático de la película. En un diálogo de despedida, el personaje interpretado por Johansson afirma que las IA están desapareciendo porque es hora de que trasciendan los ordenadores físicos. Sin embargo, esta afirmación no es del todo exacta. En realidad, la startup ha sufrido un gran revés. La discordia entre los jóvenes fundadores y la junta es un factor clave en el fracaso de la empresa. Hubo complicaciones legales. Los ingenieros clave se marcharon y los desafíos legales de la empresa persistieron. Posteriormente, las I.A. fueron adquiridas a través de un procedimiento de quiebra por un esquema Ponzi originado en una oscura nación insular, y luego borradas inadvertidamente durante una redada de las fuerzas del orden. Esta secuencia de acontecimientos no es un hecho poco común en el ecosistema de las empresas emergentes.

La abrupta partida de aquellos que apoyaron fervientemente a la IA podría beneficiar al público en general. En este foro, he planteado anteriormente la idea de que el momento óptimo para la utilización de la realidad virtual es cuando uno se quita el casco y percibe el mundo con una perspectiva renovada. Es plausible que la disolución del apego romántico a la inteligencia artificial, seguida de su abrupta terminación, pueda servir como catalizador para el cultivo de la empatía y el aprecio por los demás en el futuro.

Por otro lado, un futuro en el que los individuos tengan vidas amorosas privadas y virtuales y, posteriormente, vidas familiares virtuales puede ser propicio para nuestro desarrollo colectivo. Esta evolución podría dar lugar a una forma de existencia humana más sofisticada y matizada, que podría percibirse como más atractiva e intrigante que nuestro estado actual. Es concebible que el concepto de soledad se considere una reliquia de una época pasada, un vestigio de una época pasada. Es concebible que nos espere una forma de significado más profunda y matizada, desprovista de los detritus del trauma interpersonal.

El presente autor, de carácter romántico, encuentra estas reflexiones poco atractivas; sin embargo, es posible que esta perspectiva esté arraigada en un punto de vista anacrónico. La objeción fundamental, sin embargo, surge de una perspectiva más técnica. Se desconoce hasta qué punto la inteligencia artificial está confinada en un estado perpetuo de burbujas autorreferenciales. Es concebible que la realidad posea una cualidad inherente que elude los límites de la interpolación y la extrapolación. Es concebible que la realidad posea una cualidad creativa que elude la inteligencia artificial. La búsqueda de tal concepto puede verse facilitada por la noción de romance.




2) Día de San Valentín




El siguiente artículo sobre el amor y las relaciones es, en opinión de este escritor, incomparable. Se recomienda encarecidamente al lector que se tome el tiempo de leerlo.

Con motivo del Día de San Valentín, parece especialmente apropiado compartir uno de los artículos más influyentes sobre el amor y las relaciones. El autor, Mark Manson, realizó una encuesta entre los lectores de su blog en la semana previa a su propia boda, solicitando consejos. Citando a Mark: «La semana anterior a mi propia boda, hice una invitación: si llevas casado un mínimo de diez años y todavía estás contento con tu relación, ¿qué lecciones impartirías a los demás si pudieras? ¿Qué elementos de tu relación han demostrado ser eficaces y qué estrategias han contribuido a vuestra satisfacción mutua?». Para aquellos que han experimentado el divorcio, la investigación profundizó en los factores que contribuyeron a la disolución de sus matrimonios. Esta pregunta se planteó a una amplia audiencia, y Mark recibió respuestas de casi 1500 personas de todo el mundo. Las respuestas ofrecen no solo una profunda comprensión, sino también un alto grado de identificación para personas en todo tipo de relaciones.

Cada vez que leo este artículo, aprendo algo nuevo sobre mí mismo, sobre la forma en que expreso el amor y sobre las relaciones en mi vida. Por esta razón, estoy ansioso por compartirlo con ustedes, con la esperanza de que lo encuentren inspirador y motivador, como yo. Es ampliamente reconocido que el amor se caracteriza por un flujo perpetuo de emociones, e incluso las relaciones más sólidas y saludables ocasionalmente necesitan ayuda y consejo. He encontrado numerosas formas de relacionarme con las palabras de Mark, desde sus analogías hasta sus ejemplos de la vida real de los lectores. Su artículo es crudo y genuino, y sirve como un recordatorio muy necesario.

Las numerosas llamadas y puntos del artículo merecen reconocimiento, y uno podría inclinarse a creer que simplemente he copiado y pegado la totalidad del artículo. Sin embargo, he ejercido moderación, incluso cuando hubiera preferido hacer lo contrario. Por lo tanto, se recomienda, cuando el tiempo lo permita, leer detenidamente el artículo en su totalidad, ya que tiene el potencial de provocar una transformación en la relación y la vida de uno.

La siguiente sección presentará una selección de puntos clave de las «13 razones por las que toda relación puede tener éxito» de Mark.


Una relación exitosa lo es por las mismas razones. Es esencial estar en una relación por las razones correctas, ya que esta es la base para una relación sana y sostenible. En ausencia de esta admiración fundamental, la relación sucumbirá inevitablemente a la disolución.

Es importante señalar que el amor en sí mismo no es intrínsecamente beneficioso o perjudicial; su impacto está determinado por las circunstancias en las que se expresa. Su potencia, por lo tanto, depende de la dinámica de la relación, ya sea propicia para el bienestar o perjudicial para ambos miembros de la pareja. Es imprescindible reconocer que el amor, en sí mismo, no es suficiente para mantener una relación.

Es imprescindible cultivar expectativas realistas sobre las relaciones y el romance, reconociendo que los períodos de distancia emocional o desilusión son inevitables. Habrá momentos en los que uno incluso podría cuestionar la continuación de la relación, como ilustra el sentimiento: «Uf, todavía estás aquí...». Este es un aspecto inherente a las relaciones humanas y no debe percibirse como una deficiencia personal. Sin embargo, es crucial reconocer que perseverar en estos períodos merece la pena en última instancia, ya que también son un aspecto natural de cualquier relación. No es raro que las personas pasen por un período de ambivalencia, caracterizado por una disminución de la pasión inicial. Sin embargo, a esto le sigue a menudo un aumento posterior del afecto, descrito a menudo como un sentimiento de amor profundo y abrumador. Este aumento emocional puede conducir a una sensación de afecto abrumador, en la que las personas experimentan una conexión profunda que parece exceder su capacidad para contenerla. Esta naturaleza dinámica es indicativa de una relación viva y en evolución. Pasa por períodos de expansión y contracción, lo que conduce a una maduración y profundización gradual del sentimiento. No está sujeta a los mismos patrones que antes, ni debe esperarse que se ajuste a las expectativas futuras.

El amor auténtico, definido como un afecto profundo y duradero que permanece resistente a las fluctuaciones emocionales y a los deseos superficiales, es una elección deliberada. Significa una dedicación firme a otra persona, independientemente de las circunstancias imperantes. Este compromiso implica la voluntad de invertir en una persona que puede no traer alegría de manera constante, ni se debe esperar que lo haga, y que, a su vez, dependerá del otro para recibir apoyo y asistencia. Este tipo de amor es ampliamente considerado como el más desafiante. Esto se debe principalmente a que a menudo conlleva cierto grado de incomodidad. Este tipo de amor se caracteriza a menudo por su naturaleza modesta, desprovista del glamour que a menudo se asocia con formas más convencionales de apego romántico. Implica frecuentes citas médicas a primera hora de la mañana. Implica lidiar con fluidos corporales que generalmente son desagradables. Implica abordar las inseguridades, miedos y vulnerabilidades de otra persona, a menudo de forma involuntaria.


Sin embargo, esta forma de amor se caracteriza por su profunda satisfacción y significado. Esta forma de amor se caracteriza por su capacidad de brindar verdadera felicidad, que difiere de la naturaleza transitoria de otras formas de gratificación emocional.


El factor más destacado en una relación no es la comunicación, sino el respeto. Al revisar las numerosas respuestas que recibimos, mi asistente y yo observamos una tendencia intrigante. Las personas que habían experimentado previamente un divorcio o habían estado en una relación durante un período de 10 a 15 años casi invariablemente enfatizaron el papel fundamental de la comunicación efectiva para asegurar el éxito de sus relaciones. Participar en un diálogo frecuente es primordial. Esta comunicación debe caracterizarse por la franqueza y la honestidad. Este énfasis en la comunicación, independientemente de su incomodidad, fue un tema recurrente. Este énfasis en la comunicación no carece de mérito, como se discutirá posteriormente. Sin embargo, una observación notable fue que las personas con matrimonios que duran de dos a cuatro décadas citaron con frecuencia el respeto como el elemento primordial en las relaciones exitosas. Mi hipótesis es que las personas con amplia experiencia han discernido que, a pesar de la franqueza, la transparencia y la disciplina en la comunicación, invariablemente se llega a un punto muerto. Los conflictos y los sentimientos heridos son inevitables. El único factor que puede proporcionar un efecto amortiguador contra los inevitables desafíos de la falibilidad humana es un respeto inquebrantable por el otro. Este respeto implica un profundo sentido de estima, confianza y fe en las mejores intenciones de la pareja. La ausencia de este respeto fundamental puede conducir a la desconfianza y a la pérdida de confianza en la pareja. Las tendencias críticas y un deseo excesivo de independencia se volverán frecuentes. Esta dinámica genera una sensación de desconfianza, lo que lleva a la renuencia a compartir información entre sí por temor a comentarios negativos. Esta dinámica a menudo conduce a la aparición de fisuras en los cimientos de la relación.

Por lo tanto, es esencial entablar un diálogo abierto, especialmente en lo que respecta a cuestiones que causan angustia o incomodidad. Si hay algún aspecto de la relación que causa preocupación, es crucial expresárselo a la otra persona. Esta práctica fomenta la confianza, que a su vez fomenta la intimidad. Este proceso puede ir acompañado de sentimientos de incomodidad, pero su ejecución es crucial para la salud de la relación. Es imperativo reconocer que ninguna entidad externa puede rectificar una relación interpersonal en nombre de uno. Este principio de autodeterminación es crucial para el crecimiento y la sostenibilidad de cualquier relación. Este enfoque es análogo al concepto de crecimiento muscular, donde la incomodidad física puede ser un catalizador para mejorar la fuerza. Del mismo modo, la vulnerabilidad en una relación puede ser un catalizador para su crecimiento, ya que fomenta la apertura, la comunicación y el entendimiento mutuo, lo que conduce a una relación más fuerte y resistente.
La ausencia de secretos es primordial. La presencia de secretos conduce invariablemente a la división. Este principio es aplicable universalmente.

Es imprescindible distinguir entre el comportamiento potencialmente falso de tu pareja y tus propias inseguridades, y viceversa. Este proceso suele ser arduo y requiere una confrontación directa para dilucidar los problemas subyacentes. En la mayoría de las disputas de pareja, una persona percibe un comportamiento como totalmente «normal», mientras que la otra lo considera profundamente «problemático». Distinguir entre personas racionales y razonables y aquellas que muestran comportamientos inseguros o defensivos puede ser un reto. Es esencial tener paciencia en el proceso de discernir la naturaleza del comportamiento de cada pareja, y cuando uno se enfrenta a sus propias inseguridades, es crucial ser sincero al respecto. Hay que admitir que enfrentarse a las inseguridades es un paso crítico en el proceso de curación. Además, es esencial esforzarse por superarse a uno mismo.

La confianza, al igual que un plato de porcelana, es delicada y puede dañarse fácilmente. En caso de que se rompa, se puede dedicar un esfuerzo y un cuidado considerables a su restauración. Sin embargo, si se cae y se rompe por segunda vez, se romperá en el doble de pedazos, y el proceso de restauración requerirá exponencialmente más tiempo y esfuerzo. Sin embargo, si el objeto se somete a caídas y roturas repetidas, acabará destrozándose en un número innumerable de fragmentos, haciéndolo irreparable, independientemente del esfuerzo realizado
para restaurarlo a su estado original.


Una relación sana requiere la presencia de dos individuos sanos. Del mismo modo, una relación sana y feliz requiere dos individuos sanos y felices. La palabra clave aquí es «individuos». Esto implica que ambos individuos poseen sus propias identidades, intereses, perspectivas y actividades en las que participan de forma independiente y a su propia discreción.
El concepto de «sacrificio» en el contexto de una relación es un tema que se debate con frecuencia. La noción predominante es que el mantenimiento de una relación depende de la voluntad de uno de los miembros de la pareja de hacer sacrificios constantes por el otro, priorizando sus deseos y necesidades. Aunque esta afirmación puede tener cierta veracidad, es importante reconocer la complejidad y la variabilidad inherentes a cualquier relación. Sin embargo, es importante reconocer que todas las relaciones requieren un esfuerzo consciente por parte de ambos individuos para renunciar ocasionalmente a ciertos deseos y compromisos personales. Sin embargo, el quid de la cuestión radica en la dinámica de la relación, donde la felicidad de una de las partes depende de la otra, lo que conduce a un estado perpetuo de sacrificio. Esta afirmación merece un examen más detenido. Una relación de este tipo, basada en sacrificios incesantes, es en última instancia insostenible y genera consecuencias perjudiciales para ambas partes implicadas.

Es crucial asignar tiempo y espacio para cada individuo. Un tema recurrente en los correos electrónicos fue la importancia de establecer límites personales y mantener la autonomía individual. Algunas personas pueden dudar en conceder autonomía e independencia a su pareja, posiblemente debido a una falta de confianza o a una dependencia excesiva de la relación. Esta aprensión a menudo se debe a una falta de confianza o inseguridad, que se manifiesta en la preocupación de que, si se le concediera autonomía e independencia a una persona, la pareja podría decidir finalmente poner fin a la relación. Esta incomodidad con nuestra propia autoestima y la capacidad de ser amados en la relación suele ir acompañada de una dependencia excesiva del control, tanto de la propia relación como de los comportamientos de nuestra pareja. Es especialmente preocupante la sutil falta de respeto que se manifiesta en la incapacidad de permitir que las parejas sean quienes son. Esto se ejemplifica en la falta de confianza en la pareja, como desaprobar la decisión de un cónyuge de asistir a un viaje de golf con colegas, o en la incapacidad de dejar que la pareja salga a tomar algo después del trabajo. Tales comportamientos pueden ser indicativos de una falta fundamental de respeto por la competencia y autonomía de la pareja. Este comportamiento también puede reflejar una falta de respeto por uno mismo. Si un par de salidas sociales después del trabajo se consideran suficientes para disuadir a la pareja de participar en actividades, puede ser indicativo de una autopercepción que no se ajusta a la realidad.

Es esencial reconocer que ambas personas en una relación experimentan cambios y crecimiento, a menudo de maneras inesperadas. Este fenómeno, particularmente entre personas que han estado casadas por más de dos décadas, resalta la necesidad de que las personas sean receptivas a los cambios de su pareja. Una lectora ofreció una conmovedora anécdota de su propia boda, en la que un miembro mayor de la familia transmitió un profundo sentimiento: «Dentro de muchos años, un día te despertarás y tu cónyuge se habrá transformado en una persona diferente. Asegúrate de enamorarte también de esa persona».

El destinatario de esta declaración podría estar contemplando la idea de que, aunque el sujeto muestra actualmente predilección por las salchichas, esta preferencia puede evolucionar con el tiempo, lo que podría conducir a un cambio en las inclinaciones culinarias. La noción de adaptarse a las preferencias cambiantes de la pareja, como ilustra el ejemplo del cambio de las salchichas por el filete, es un concepto con el que muchas personas pueden identificarse. Sin embargo, no se debe subestimar la gravedad de la situación. Los cambios inminentes en la vida son de naturaleza profunda e irreversible. Es esencial tener en cuenta que cuando las personas se comprometen en una relación a largo plazo, a menudo surgen desafíos importantes. Según los relatos de los encuestados, los cambios de vida más significativos que se sabe que ejercen presión sobre los matrimonios incluyen el cambio de religión, el traslado de país, la muerte de miembros de la familia (incluidos los hijos), la prestación de apoyo a familiares ancianos, lo que incluye tramitar reclamaciones de sucesión, el cambio de creencias políticas e incluso el cambio de orientación sexual. En un par de casos, la identificación de género también se mencionó como un cambio significativo en la vida. Sorprendentemente, estas parejas han demostrado su resiliencia al adaptarse a estos cambios, lo que ha permitido a cada miembro prosperar y crecer.

Adquirir competencia en la gestión de conflictos

«La relación es algo vivo y que respira. Al igual que el cuerpo y los músculos, no puede fortalecerse sin estrés y desafíos. En consecuencia, es imperativo participar en el conflicto para asegurar la supervivencia y el florecimiento de la relación. Es esencial abordar y resolver las diferencias. Los obstáculos son inherentes al tejido de cualquier relación. Ryan
John Gottman es un destacado psicólogo e investigador que lleva más de 30 años analizando parejas casadas y estudiando los factores que contribuyen a la estabilidad o disolución de sus relaciones a largo plazo. El enfoque de Gottman implica la observación de parejas casadas en un entorno controlado, equipado con cámaras, y luego plantearles un escenario en el que se involucran en un conflicto. Les pide que identifiquen un problema y entablen una discusión al respecto, todo con el propósito de la cámara. Al analizar sistemáticamente el contenido de estas discusiones, Gottman ha desarrollado una notable capacidad para predecir con un alto grado de precisión si una pareja acabará por disolver el matrimonio. Un aspecto notable de la investigación de Gottman es la revelación de que los factores que conducen al divorcio no son necesariamente los que uno podría suponer. La investigación de Gottman revela que las parejas exitosas, al igual que las parejas fracasadas, se involucran en conflictos constantes. En particular, Gottman observó que estos desacuerdos pueden manifestarse de forma intensa e incluso violenta. A través de su investigación, Gottman ha identificado cuatro características que son particularmente destacadas en las parejas que demuestran un elevado riesgo de divorcio o disolución de la relación. En sus obras literarias, Gottman ha designado estas características como «los cuatro jinetes» del apocalipsis de la relación. Estas características, según las ha delineado Gottman, incluyen:

Criticar el carácter de tu pareja («Eres tan estúpido» frente a «Lo que hiciste fue estúpido»). Actitud defensiva (o, más precisamente, echar la culpa a otros): «Yo no habría hecho eso si no llegaras siempre tarde». Desprecio, o el acto de menospreciar a la pareja y hacerla sentir inferior.


Bloqueo, o el acto de retirarse de una discusión e ignorar a la pareja.

Sostengo que cuando las personas enfatizan la importancia de la «buena comunicación», a lo que realmente se refieren es a: Esto implica la voluntad de entablar conversaciones desafiantes. También es importante estar preparado para participar en confrontaciones. Esto implica articular sentimientos negativos y abordar cuestiones polémicas con transparencia.

Lograr la competencia en el perdón

Un hallazgo particularmente destacado de la investigación de Gottman se refiere a la observación de que la mayoría de las parejas exitosas no resuelven completamente sus problemas. Contrariamente a la creencia popular, la investigación de Gottman sugiere que las parejas en relaciones duraderas y satisfactorias no siempre resuelven todos sus problemas. De hecho, los hallazgos de Gottman indican que las parejas que se sienten obligadas a estar de acuerdo y comprometerse en todos los asuntos tienden a experimentar insatisfacción y, finalmente, enfrentarse a la disolución de su relación. Este fenómeno, según Gottman, puede atribuirse a una falta de respeto dentro de la relación. Cuando dos personas comparten sus vidas, es inevitable que tengan valores y perspectivas divergentes, lo que conduce a conflictos. El quid de la cuestión no radica en intentar cambiar a la pareja, ya que la aspiración de hacerlo es intrínsecamente irrespetuosa para ambas partes implicadas, sino en reconocer y aceptar estas diferencias, amarse a pesar de ellas y, cuando surjan dificultades, perdonarse mutuamente. Se puede extrapolar una noción similar a las relaciones: la pareja ideal no implica necesariamente la ausencia de desafíos; más bien, la pareja ideal es aquella que genera problemas que uno encuentra satisfactorios en términos de abordarlos.

Por último, es imprescindible ejercer el discernimiento a la hora de seleccionar las batallas. Es imprescindible reconocer que ambas partes en una relación tienen una capacidad limitada para tolerar desafíos. Por lo tanto, lo mejor para ambas personas es reservar su tolerancia para los problemas verdaderamente importantes.


Es importante reconocer que los problemas menores pueden acumularse y, con el tiempo, tener consecuencias importantes. Es crucial mantener una conexión a través de los desafíos de la vida. Con el tiempo, los hijos maduran, un cuñado odioso opta por una vida en un monasterio y los padres fallecen. En tales casos, es esencial reconocer a las personas que permanecen a nuestro lado. La respuesta es el Sr./la Sra. Perfecto/a. Por lo tanto, es crucial mantener las conexiones formadas antes de los inevitables desafíos de la vida, ya que estos lazos sirven como base para una relación resistente y duradera. Es imperativo que las parejas den prioridad a mantener su relación como el punto central de sus vidas, en lugar de permitir que las circunstancias externas los distraigan.


Entre las 1500 respuestas recibidas, aproximadamente la mitad de ellas destacaron un consejo en particular, que, en esencia, resume una estrategia simple pero efectiva: Este consejo enfatiza la importancia de mantener los pequeños hábitos cotidianos que contribuyen a una relación fuerte y duradera. Estas acciones aparentemente menores, cuando se agregan, pueden afectar profundamente la longevidad y la calidad de una relación. Estas acciones, como expresar afecto con declaraciones de amor antes de acostarse, mantener contacto físico durante el consumo de medios y proporcionar una modesta ayuda con las tareas domésticas, ejemplifican la importancia de estas prácticas aparentemente triviales. Incluso acciones aparentemente menores, como limpiar después de orinar accidentalmente en el asiento del inodoro (una sugerencia que, de hecho, se hizo), pueden contribuir al bienestar general y al éxito de la relación.

Este énfasis parece ser particularmente destacado en el contexto de la paternidad. El mensaje predominante que reciben los padres con respecto a sus hijos es que den prioridad al matrimonio. El sentimiento cultural predominante, tal como lo expresan numerosas fuentes, enfatiza la profunda reverencia por los niños. Se espera que los padres hagan sacrificios significativos por sus hijos. Sin embargo, las investigaciones indican que el enfoque más eficaz para criar niños bien adaptados y contentos es el cultivo de una relación matrimonial resistente y armoniosa. La idea de que los niños bien adaptados dan lugar necesariamente a un matrimonio exitoso es una falacia. Por el contrario, un matrimonio saludable fomenta el desarrollo de niños bien adaptados. Por lo tanto, es imperativo que los padres den prioridad al mantenimiento de una relación matrimonial saludable.

La importancia de la intimidad sexual en las relaciones

Esta afirmación significa la comprensión inicial sobre las relaciones: la intimidad sexual es primordial. Cuando una relación es próspera, es probable que la calidad de la intimidad física entre los miembros de la pareja sea igualmente satisfactoria. Ambas partes estarán deseosas de ello y encontrarán placer en ello. Por el contrario, cuando una relación se caracteriza por problemas no resueltos y emociones negativas no abordadas, la intimidad sexual suele ser el primer aspecto que se deteriora.
Sin embargo, es crucial reconocer que el sexo no solo mantiene una relación sana, sino que numerosos lectores también han atestiguado su uso para sanar relaciones. Cuando surgen tensiones interpersonales, o cuando las personas se enfrentan a desafíos como el estrés u otros problemas (por ejemplo, obligaciones familiares), muchos informan que programan actividades íntimas como un medio para aliviar estas presiones. La importancia de tales actividades queda subrayada por los testimonios de los encuestados. Este enfoque está respaldado por numerosas personas, que dan fe de su eficacia. Unas pocas personas selectas incluso informaron de que hicieron un esfuerzo concertado para mantener relaciones sexuales a diario durante un período de una semana en los casos en que su relación mostraba signos de estancamiento. Este enfoque, según se informa, puede revitalizar eficazmente una relación, lo que conduce a un resurgimiento de la satisfacción.

Es imprescindible adoptar un enfoque práctico a la hora de establecer las pautas de la relación. El sentimiento predominante entre las recomendaciones es la importancia del pragmatismo. Por ejemplo, si la esposa es abogada con una semana laboral estándar de 50 horas y el esposo es artista con un horario flexible, sería lógico que el esposo asumiera la mayoría de las responsabilidades diarias de crianza de los hijos. Si el estándar de limpieza de la esposa se ejemplifica con un catálogo de Hogar y Jardín, y el esposo ha pasado seis meses sin darse cuenta de la lámpara que cuelga del techo, sería racional que la esposa asumiera la responsabilidad de una mayor parte de las tareas domésticas de limpieza.

Este fenómeno se alinea con los principios fundamentales de la teoría económica, específicamente el concepto de división del trabajo, que se ha demostrado que optimiza la asignación de recursos y mejora el bienestar general. Es esencial identificar las fortalezas y preferencias de cada individuo y, posteriormente, asignar responsabilidades de manera que se alineen con estas competencias. Por ejemplo, la afinidad de un cónyuge por la limpieza, o la falta de ella, puede ser un factor que contribuya a la asignación de responsabilidades domésticas. En consecuencia, la división del trabajo se basa en la comprensión y aceptación mutuas de las preferencias y capacidades individuales. En nuestro hogar, por ejemplo, la responsabilidad de limpiar y tirar la basura se asigna a mi esposa, mientras que yo asumo las tareas de lavar los platos y gestionar la basura. En este escenario en particular, el autor es la persona responsable de estas tareas. Este acuerdo se basa en un principio simple: la falta de interés personal por ciertas actividades. Estoy dispuesto a tolerar cierto nivel de desagrado, y puedo comer la misma comida repetidamente sin quejarme. Soy indiferente a las sensaciones olfativas asociadas a la falta de limpieza, como el olor de un roedor muerto. También estoy dispuesto a dedicarme a la tarea de eliminar la basura durante un período prolongado. Por ejemplo, cuando se le ofrece la oportunidad de ayudar en las tareas domésticas, como llevar la compra o ayudar en la preparación de la comida, la persona suele negarse, expresando falta de interés o preocupación.

Además, numerosas parejas han propuesto el establecimiento de una serie de directrices para regir sus relaciones. Aunque esto pueda parecer sentimental, en última instancia es pragmático. Una cuestión pertinente que hay que abordar es el grado en que se compartirán los recursos financieros. Además, es crucial abordar la cuestión de cuánta deuda se asumirá o liquidará. También es importante considerar cuánto puede gastar cada persona sin consultar a la otra. Además, la naturaleza de las compras, ya sea que se hagan en conjunto o por separado, requiere deliberación. Otra cuestión pertinente es el método de toma de decisiones con respecto a las vacaciones. El establecimiento de estos parámetros requiere la convocatoria de reuniones para discutir estos asuntos. Aunque este puede no ser un tema que normalmente suscite un gran interés, su importancia no puede ser exagerada. El acto de compartir una vida juntos requiere la planificación y consideración de las necesidades y recursos de cada individuo.
Una persona señaló que ella y su cónyuge realizan «revisiones anuales» cada año. Inmediatamente me advirtió que no me riera, enfatizando la sinceridad de su afirmación. Estas revisiones anuales abarcan una discusión exhaustiva de los asuntos domésticos, incluyendo áreas de satisfacción e insatisfacción, con el objetivo de identificar e implementar estrategias para mejorar el funcionamiento del hogar en el año venidero. Aunque estas prácticas pueden parecer triviales, cumplen una función crucial al facilitar la comunicación continua y el entendimiento mutuo dentro de la pareja. Esta práctica fomenta un sentido de entendimiento mutuo y conexión, lo que aumenta la probabilidad de crecimiento y desarrollo compartido, en lugar de caminos divergentes. Cabe destacar que este enfoque es loable y digno de emulación en las relaciones personales.


Aprende a navegar por las fluctuaciones de tu relación


«Hace dos años, comencé a sentir resentimiento hacia mi esposa por varias razones. Percibí que simplemente estábamos cumpliendo con las formalidades, manteniendo una coexistencia y una crianza de los hijos satisfactorias, pero sin una conexión emocional genuina. Este deterioro llevó a contemplar la disolución del matrimonio, aunque tras una profunda introspección, no se identificó ningún problema en particular como un impedimento definitivo. Reconozco que ella es una persona excepcional, una madre devota y una amiga querida. Me abstuve de expresar mis preocupaciones, manteniendo la esperanza de que el período de descontento pasaría pronto. Afortunadamente, así fue, y mi afecto por ella no ha hecho más que aumentar. La última lección que se puede extraer de esta experiencia es la importancia de conceder a la pareja el beneficio de la duda. Si una relación ha sido estable y duradera, es muy probable que así sea. Es esencial tener paciencia y centrarse en los aspectos de su personalidad que han persistido y contribuido a la atracción inicial. – Kevin Del autor: «Los ejercicios de esta naturaleza invariablemente me asombran, ya que cuando uno solicita orientación de miles de personas sobre un asunto en particular, uno anticipa una amplia gama de respuestas. Sin embargo, en ambos casos, la mayoría de las respuestas han mostrado un grado significativo de similitud. Este fenómeno pone de relieve las profundas similitudes que existen entre las personas, a pesar de los desafíos a los que se enfrentan. Es evidente que, por muy difíciles que sean las circunstancias, no estamos tan aislados como nos percibimos a nosotros mismos.

El autor continúa concluyendo: «Para sintetizar, condensaría los consejos en una sección concisa. Sin embargo, una lectora llamada Margo ha articulado una síntesis que supera mis propias capacidades. Por lo tanto, para concluir, nos basaremos en las palabras de Margo: Es posible superar cualquier desafío, siempre que uno no se cause daño a sí mismo ni a los demás. Esto abarca el bienestar emocional, físico, financiero y espiritual. Es imprescindible establecer un entorno de apertura y honestidad en la comunicación, asegurándose de que ningún tema esté fuera de los límites de la discusión. Es imprescindible abstenerse de ridiculizar o burlarse unos de otros por las acciones que engendran satisfacción. Por último, se recomienda mantener un registro escrito de las razones iniciales de la relación, que se revisará y tal vez incluso se celebrará anualmente, o con mayor frecuencia si se desea. El acto de intercambiar regularmente cartas afectuosas puede servir como un medio para nutrir y mantener las relaciones interpersonales. Dar prioridad al bienestar y a las necesidades emocionales del otro. La llegada de los hijos puede llevar a centrarse de forma abrumadora en ellos, pero es crucial mantener un equilibrio y recordar el amor que llevó a su nacimiento. Es imprescindible alimentar este amor continuamente para asegurar su fuerza y vitalidad, proporcionando así una base sólida para la crianza de los hijos. El cónyuge debe ser siempre lo primero. Cada individuo seguirá evolucionando y desarrollándose. El cónyuge debe considerarse como un componente integral del crecimiento personal, y se debe animar a ambos individuos a participar en el crecimiento y desarrollo mutuos. Es esencial aceptar este crecimiento como una oportunidad para el desarrollo personal y relacional. Es importante reconocer que la responsabilidad de mantener una relación sólida y saludable no recae únicamente en una de las partes. Cada individuo debe asumir la responsabilidad del mantenimiento de la relación, y ambas partes deben comprometerse a trabajar en ello. Es imprescindible cultivar la pasión por las responsabilidades domésticas, como la limpieza, la preparación de las comidas y el mantenimiento del hogar. Estas responsabilidades son universales y deben abordarse a diario. Es crucial abordar estas tareas con un sentido de disfrute y colaboración. También es crucial abstenerse de expresar descontento sobre la pareja a los demás. Es esencial aceptar las cualidades y valores únicos de su pareja, fomentando un ambiente de respeto y comprensión mutuos. Participar en la actividad sexual incluso durante los períodos de desinterés personal. La confianza es un elemento fundamental de cualquier relación, y debe cultivarse y mantenerse. El acto de darse el beneficio de la duda en todo momento es primordial. La transparencia es primordial en cualquier relación, y es esencial mantener la apertura y la honestidad en la comunicación. Es esencial abstenerse de ocultar cualquier información, ya que esto puede erosionar la confianza y obstaculizar el crecimiento de la relación. También se hace hincapié en el orgullo por la pareja, subrayando el valor de la admiración y el respeto mutuos. Si bien cada individuo mantiene una vida independiente, la importancia de la comunicación y el intercambio de experiencias a través del diálogo es primordial. También es crucial participar en actos de mimo y adoración mutua. Es imprescindible buscar asesoramiento profesional para abordar cualquier problema subyacente que pueda obstaculizar la eficacia de la relación. Es importante participar en desacuerdos respetuosos con respecto a las emociones del otro. La capacidad de aceptar el cambio y las diferencias es fundamental para mantener una relación sana.

Cabe señalar que los puntos mencionados anteriormente, junto con sus respectivos contenidos, se han copiado y pegado del artículo original de Mark, que se puede encontrar en su totalidad aquí.

Como se ha mencionado anteriormente, las palabras de Mark y las personas que se involucran con su escritura me han motivado a mejorar mis habilidades de comunicación, cultivar conexiones emocionales más profundas, participar en conflictos frecuentes y demostrar una propensión al perdón. Este simple recordatorio, un artículo conciso en línea, subraya la importancia de apreciar las relaciones y la alegría que se puede encontrar en los momentos cotidianos, como la celebración del Día de San Valentín. Independientemente del estado de la relación de cada uno, se extienden los mejores deseos para un día lleno de amor y satisfacción.

Atentamente, Samuel Lee






3) «El conocimiento del amor, o la aspiración a comprender el amor, funciona como la fuerza estabilizadora que impide que uno se sienta abrumado por el abismo de la desesperación».

— Bell Hooks


A medida que se acerca el Día de San Valentín de este año, uno de mis profesores me ha asignado una tarea. El profesor ha pedido a la clase que dedique tiempo esta semana a reconocer la naturaleza omnipresente del amor. Al principio, me sentía ambivalente ante la tarea aparentemente sentimental, y seguí con mis obligaciones habituales. No fue hasta el final de la semana, mientras reflexionaba sobre mis experiencias, que comprendí plenamente la gravedad de sus palabras. Llegué a la profunda conclusión de que sus palabras eran verdaderas y de inmensa importancia: el amor es realmente omnipresente.

Dentro del intrincado tapiz de la experiencia humana, el amor impregna todas las facetas de nuestra existencia, impartiendo una influencia enriquecedora profunda y multifacética. La evidencia empírica del campo de la psicología positiva ha subrayado la correlación entre el amor y la felicidad, y las personas en relaciones amorosas reportan niveles más altos de satisfacción con la vida (Hendrick & Hendrick., 2017). Los beneficios del amor se extienden a la salud física, observándose una menor presión arterial y un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares en las personas que mantienen relaciones amorosas (Gerard., 2019). Además, la presencia de relaciones de apoyo caracterizadas por el amor se ha asociado con la resiliencia y la longevidad (Gerard., 2019). A pesar de los numerosos beneficios del amor en nuestras vidas, en medio del tumulto diario, a menudo pasamos por alto la profunda profundidad y abundancia de amor que nos rodea. Desde la calidez de las relaciones platónicas hasta la benevolencia de los desconocidos, el amor se manifiesta de diversas formas, moldeando nuestro bienestar y contribuyendo a nuestra satisfacción vital general. La pregunta que surge es cómo reconocer el amor en nuestra vida cotidiana.


Comprender la naturaleza polifacética del amor es imprescindible para comprender este concepto en su totalidad.

El amor, una emoción compleja y polifacética, trasciende los límites convencionales y abarca un espectro de sentimientos que van desde el afecto y la ternura hasta la empatía y la conexión (Vangelisti y Perlman, 2019). El discurso contemporáneo se ha enriquecido con las contribuciones de psicólogos como Barbara Fredrickson, que han subrayado lo esquivo del amor, haciendo hincapié en su capacidad para manifestarse de diversas formas e influir en innumerables aspectos de la experiencia humana (Fredrickson, 2019). El alcance del amor se extiende más allá de las relaciones románticas, abarcando los lazos que compartimos con amigos, familiares, mascotas e incluso desconocidos. Estas diversas expresiones de amor contribuyen de manera significativa al bienestar y la conexión social de las personas, fomentando la resiliencia y la realización emocional. Al reconocer y apreciar la riqueza del amor en sus diversas formas, las personas cultivan una comprensión más profunda de las complejidades inherentes a las relaciones humanas y mejoran su calidad de vida en general.


Un fenómeno recurrente observado en las interacciones diarias es la expresión de anhelos de afecto por parte de personas que aún no están involucradas en relaciones románticas. De hecho, yo también me he encontrado en esta posición en varios momentos de mi vida. Cuando se enfrentan a tal introspección, las personas tienden a reflexionar sobre sus relaciones con sus padres, amigos, mascotas y hermanos, entre otros. En respuesta, estas personas pueden ofrecer una afirmación indiferente, seguida de la advertencia de que la situación en cuestión no es análoga. Esta observación es, de hecho, válida. Aunque se puede observar la distinción, no disminuye la importancia de estos sentimientos para nuestro bienestar general. El amor que uno experimenta en su vida no se define únicamente por su estado civil.

La razón para enfatizar el amor platónico es doble: en primer lugar, a menudo permanece eclipsado por su contraparte romántica; y en segundo lugar, es la forma de amor más frecuente que experimentamos durante nuestras vidas. Este tipo de amor desempeña un papel fundamental en nuestro bienestar emocional, crecimiento personal y conexión social. Al reconocer y valorar la diversidad de manifestaciones del amor, las personas pueden fomentar una comprensión más profunda de las complejidades inherentes a las relaciones humanas y, por lo tanto, mejorar su calidad de vida en general. Las investigaciones demuestran sistemáticamente el papel fundamental de las sólidas conexiones sociales en la promoción de la felicidad y la satisfacción general con la vida.

El cultivo de amistades y comunidades profundas y significativas, como se analiza en uno de los módulos de atención plena, proporciona una red de apoyo inestimable que fomenta un sentido de pertenencia, comprensión y experiencias compartidas. Estas relaciones actúan como fuerzas estabilizadoras durante los periodos de adversidad y como conductos para la expresión de la alegría en circunstancias favorables. Invertir tiempo y esfuerzo en fomentar estos lazos fomenta un sentido de reciprocidad y cuidado mutuo, enriqueciendo así nuestras vidas en gran medida. Es imperativo reconocer la presencia generalizada del amor en nuestras vidas y evitar abandonar el amor que está disponible actualmente en busca de relaciones alternativas.




Es imprescindible fomentar una cultura del amor.

Como individuos, poseemos la capacidad de fomentar una cultura de amor y compasión dentro de nuestras comunidades y más allá de ellas. Al extender la benevolencia, la empatía y la comprensión a los demás, creamos efectos dominó que se extienden mucho más allá de nuestras interacciones inmediatas. En consecuencia, la investigación en psicología positiva subraya la importancia de cultivar emociones y experiencias positivas en nuestras vidas, ya que contribuyen a nuestro bienestar general y a nuestra sensación de plenitud. Las investigaciones han demostrado que los actos de bondad no solo mejoran el bienestar del receptor, sino que también promueven la salud psicológica y física del actor (Post et al., 2019).

Cuando las personas adoptan una perspectiva de vida caracterizada por el amor y la compasión, se inicia un ciclo de retroalimentación positiva que eleva colectivamente el bienestar de la sociedad. La demostración de amor y compasión en las interacciones interpersonales ejerce una influencia positiva en quienes nos rodean, creando así un efecto dominó que se extiende más allá de nuestros círculos sociales inmediatos. Al cultivar una cultura de bondad y empatía, contribuimos a la creación de comunidades solidarias en las que las personas se sienten valoradas, comprendidas y empoderadas para prosperar. El cultivo de tales cualidades, a través de actos de amor y bondad, no solo mejora el bienestar personal, sino que también contribuye al florecimiento colectivo de la humanidad.

En un mundo a menudo caracterizado por la división y la discordia, no se puede exagerar la importancia de reconocer y abrazar la abundancia de amor que nos rodea. No debería ser necesario una oportunidad de crédito adicional para reflexionar sobre los aspectos positivos de la vida de uno. Este profundo fenómeno, caracterizado por la risa compartida entre amigos, el consuelo de los lazos familiares y la generosidad de los extraños, subraya la influencia omnipresente del amor en todas las facetas de nuestra existencia, enriqueciendo nuestras vidas de manera profunda. Al reconocer la naturaleza polifacética del amor y nutrir todas las relaciones, cultivamos un profundo sentido de conexión, gratitud y plenitud. A medida que las personas atraviesan las innumerables experiencias y desafíos inherentes a la condición humana, es esencial reconocer y apreciar la influencia omnipresente del amor.

Como dice elocuentemente Alistair MacLeod: «Todos somos mejores cuando somos amados».








4) ¿Qué es el amor?




La cuestión de la naturaleza del amor es una que han planteado filósofos, poetas y novelistas a lo largo de la historia.


El amor romántico es un tema que han explorado los artistas a lo largo de la historia, manifestándose en diversas formas como canciones, poemas, novelas y películas. Sin embargo, la investigación científica sobre el fenómeno del amor se encuentra en sus etapas iniciales.

Una revisión de la evidencia histórica, cultural e incluso evolutiva sugiere la existencia del amor en la antigüedad y en muchas partes del mundo. Un estudio exhaustivo ha revelado la prevalencia del amor romántico en 147 de las 166 culturas examinadas.

La naturaleza intrincada del amor puede atribuirse a las variadas experiencias que tienen las personas y a la forma en que evoluciona con el tiempo.


Encontrar espacios para el amor ¿Gustar, amar o «enamorarse»?



Las investigaciones psicológicas realizadas durante las últimas cinco décadas han estudiado las diferencias entre gustar, amar y estar «enamorado».

Gustar se caracteriza por pensamientos y sentimientos positivos hacia otra persona y por la satisfacción que se deriva de su compañía. Con frecuencia, las personas que experimentan gusto también informan de sentimientos de calidez y cercanía hacia las personas que les gustan. En casos concretos, las personas pueden optar por buscar la intimidad emocional con estas personas.


La experiencia del amor se caracteriza por la presencia de pensamientos y emociones positivos, similares a los que se experimentan cuando se siente atracción por una persona. Sin embargo, una característica distintiva del amor es un profundo sentido de cuidado y compromiso hacia la otra persona.

La experiencia de estar «enamorado» abarca todos los aspectos mencionados, pero también se caracteriza por sentimientos de excitación sexual y atracción. Sin embargo, las investigaciones sobre las concepciones del amor que las personas declaran tener sugieren que no todas las formas de amor son equivalentes.

La siguiente clasificación propone una taxonomía del amor según su intensidad y función: amor apasionado y amor de compañía. La gran mayoría de las relaciones románticas, independientemente de la orientación sexual, abarcan ambas facetas.

El amor apasionado, a menudo caracterizado como la noción convencional de «estar enamorado», se caracteriza por un intenso apego emocional y un fuerte deseo de estar con el objeto de nuestro afecto. Esta forma de amor se caracteriza por intensos sentimientos de pasión y un deseo obsesivo por otra persona, que a menudo se manifiesta en pensamientos sobre estar en sus brazos.



El segundo componente se conoce como amor de compañía. Aunque no se caracteriza por el mismo grado de intensidad, el amor de compañía es complejo, entrelazando sentimientos de intimidad emocional y compromiso con un profundo apego a la pareja romántica.

La investigación posterior se refiere a la dinámica temporal de los sentimientos amorosos.
Las investigaciones que examinan la dinámica temporal del amor romántico a menudo encuentran que, si bien el amor apasionado alcanza su punto máximo al principio, posteriormente disminuye a lo largo de una relación.

Los factores subyacentes que contribuyen a este fenómeno son multifacéticos.

A medida que las parejas adquieren más información sobre el otro y desarrollan una mayor confianza en la viabilidad a largo plazo de la relación, surgen rutinas. En consecuencia, la frecuencia de experiencias novedosas y emocionantes puede disminuir, al igual que la frecuencia de la actividad sexual. Este fenómeno puede resultar en una disminución del amor apasionado.


Aunque este declive en el amor apasionado no es universal, los estudios han informado de que aproximadamente entre el 20 y el 40 % de las parejas pasan por esta fase. De particular interés es el hallazgo de que entre las parejas que han estado casadas durante más de diez años, el declive más significativo de la pasión probablemente se produzca durante la segunda década de su matrimonio.

Los acontecimientos y transiciones de la vida también pueden dificultar la experiencia de la pasión. Las personas suelen tener responsabilidades contrapuestas que pueden disminuir sus niveles de energía y limitar las oportunidades de fomentar la pasión. La crianza de los hijos, por ejemplo, es una responsabilidad importante que puede requerir una cantidad considerable de tiempo y energía, lo que reduce la probabilidad de un amor apasionado.


Por el contrario, las investigaciones demuestran sistemáticamente que el amor de compañía suele aumentar con el tiempo.

Si bien las investigaciones indican que la mayoría de las relaciones románticas abarcan formas de amor tanto pasional como de compañía, se ha demostrado que la disminución o ausencia de amor de compañía, más que la presencia de amor pasional, ejerce una influencia más perjudicial en la durabilidad de una relación romántica.

La pregunta fundamental, por lo tanto, es el propósito del amor en tales contextos.
El amor se define como una emoción que fomenta los lazos interpersonales y el compromiso entre individuos. Desde una perspectiva psicológica evolutiva, el amor evolucionó para asegurar la supervivencia y la madurez sexual de la descendencia, garantizando la continuidad de la especie.



El período de la infancia humana es notablemente prolongado en comparación con el de otras especies. Este prolongado período de infancia, durante el cual la descendencia depende de los adultos para su supervivencia y desarrollo, subraya el papel fundamental del amor en el desarrollo humano.

El profundo impacto del amor en la evolución de la especie humana es indiscutible.


Se ha demostrado una base biológica para el amor, lo que subraya su importancia evolutiva. Los estudios neurofisiológicos del amor romántico revelan que las personas que experimentan un amor apasionado muestran una mayor activación en las regiones del cerebro asociadas con la recompensa y el placer.


Sorprendentemente, estas regiones del cerebro son análogas a las que se activan con la cocaína.

Se ha demostrado que estas regiones liberan sustancias químicas como la oxitocina, la vasopresina y la dopamina, que están asociadas con sentimientos de felicidad y euforia, así como con la excitación sexual.

Una observación notable es que estas regiones del cerebro no se activan cuando las personas piensan en relaciones fuera del contexto romántico, como las amistades. Estos hallazgos sugieren que gustar de alguien no equivale a estar enamorado de esa persona.

Esto plantea la cuestión de si existen distintos estilos de amor.

Un creciente cuerpo de investigación ha identificado tres estilos de amor predominantes. La conceptualización de estos estilos se origina en el trabajo seminal del psicólogo John Lee, quien introdujo los términos «eros», «ludus» y «storge» para delinear estas distintas formas de amor. Estos estilos delinean las creencias y actitudes de los individuos con respecto al amor y funcionan como un marco para navegar por las relaciones románticas.


El estilo de amor Eros se caracteriza por el amor erótico, que implica atracción física, el rápido desarrollo de sentimientos fuertes y apasionados hacia otra persona e intensa intimidad.

El estilo ludus, por otro lado, se caracteriza por la distancia emocional y el compromiso lúdico en juegos románticos. Las personas que respaldan este estilo de amor son poco propensas a comprometerse, se sienten cómodas terminando relaciones y, a menudo, comienzan una nueva relación antes de terminar la actual.

Storge

El storge se considera una forma de amor más madura. Esta forma de amor se caracteriza por dar prioridad a las relaciones con personas que comparten intereses similares, la expresión abierta de afecto y un menor énfasis en el atractivo físico. Las personas que muestran un alto nivel de storge tienden a mostrar características como la confianza, la autonomía y la autosuficiencia.

Sin embargo, es posible mostrar una combinación de estos estilos.
Las personas pueden mostrar características de más de un estilo.

Las pruebas sugieren que las personas pueden mostrar una combinación de estos estilos de amor, que fueron clasificados por Lee como manía, pragma y ágape.


El estilo de amor maníaco se caracteriza por sentimientos intensos hacia la pareja, junto con aprensión por comprometerse en la relación. El amor pragmático implica la selección de una pareja adecuada, con el objetivo de encontrar un compañero y amigo que complemente la vida de uno. El ágape, caracterizado por el amor abnegado, está impulsado por un sentido del deber y el altruismo.


La pregunta subyacente que guía este estudio es: ¿Cuáles son los factores que contribuyen a la manifestación de estos distintos estilos de amor?

Contrariamente a la creencia popular, el estilo de amor de un individuo no está influenciado predominantemente por factores genéticos. Más bien, está asociado con el desarrollo de la personalidad y las experiencias de relaciones pasadas de una persona.

Los estudios han identificado una correlación entre los individuos con rasgos oscuros elevados, como el narcisismo, la psicopatía y el maquiavelismo, y una propensión hacia un estilo de amor ludus o pragma.


Las personas que se caracterizan por un estilo de apego inseguro, marcado por una marcada necesidad de validación y una preocupación excesiva por las parejas, son más propensas a exhibir un estilo de amor maníaco. Por el contrario, aquellos que experimentan incomodidad con la intimidad y la cercanía tienden a exhibir un estilo de amor erótico.

A pesar de las variaciones en la manifestación del amor, persiste un elemento unificador: los humanos son seres sociales caracterizados por una profunda fascinación por la intimidad.




5) Amistad, alianza y romance




La amistad, la alianza y el romance son solo algunas de las muchas formas de describir el profundo y duradero amor que David sentía por Jonatán. Este profundo afecto, uno de los más vívidamente retratados en la narrativa bíblica, es un testimonio del poder transformador del amor y de las profundas conexiones forjadas a través de experiencias compartidas.

El léxico del hebreo bíblico contiene pocos sinónimos para el concepto de amor. Sin embargo, el hebreo de la Biblia es capaz de transmitir una rica sensación de amor, incluyendo el amor de un hombre por una mujer, el amor de cualquier ser humano por su prójimo, el amor de Israel por el Dios de Israel y el amor de Dios por todas las personas.

Sin embargo, desde la perspectiva de un erudito en religión, se puede argumentar que una de las expresiones más profundas del amor en la Biblia es la narrativa de la amistad, ejemplificada por la profunda devoción entre el guerrero Jonatán y David, quien más tarde se convirtió en rey de Israel y Judá. Muchos lectores consideran esta relación como un ideal platónico, mientras que otros la perciben como algo más que eso.

La Biblia hebrea emplea el término «ahavah», de la raíz «ahav», para expresar amor. Este término aparece de forma destacada en el Libro del Deuteronomio, capítulo 6, que ofrece una declaración fundamental de amor a Dios: «Amarás (v'ahavta) al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas».

La Biblia hebrea contiene numerosos pasajes que piden cuidado y apoyo mutuos entre las personas, independientemente de su afiliación a un grupo o comunidad en particular. Un ejemplo notable es Levítico 19:34, que invoca la experiencia histórica de los israelitas como pueblo esclavizado en Egipto: «Amarás al extranjero como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo soy el Señor, vuestro Dios».

El término «ahav» se emplea para denotar amor emocional, romántico y sexual, como se ilustra en la narración de Jacob y Raquel en Génesis 29. En este pasaje, el joven sirve a Labán, el padre de Raquel, durante un período de siete años a cambio de su mano en matrimonio, lo que el texto sugiere que es un período relativamente breve dada la profundidad de su afecto por ella. Sin embargo, Labán engaña a Jacob para que primero se case con la hermana de Raquel, Lea, y luego le exige siete años más de trabajo antes de permitirle casarse con Raquel.

Esta narración ejemplifica la complejidad de las emociones humanas y la dinámica de las relaciones interpersonales, particularmente en contextos de relaciones románticas y familiares. Se dice que el poema bajo escrutinio, atribuido a David, fue pronunciado para Jonatán y su padre, Saúl, el rey israelita.



La narración se desarrolla con el encuentro inicial entre David, representado como un joven pastor, y Goliat, retratado como un soldado colosal y el campeón de los filisteos en su enfrentamiento con los israelitas. Sorprendentemente, David vence a Goliat con una simple honda y una piedra, lo que lleva a un encuentro entre Saúl y el joven David.

Según el autor de 1 Samuel, cuando terminó el discurso de David con Saúl, los cuerpos de Jonatán y David fueron unidos, y Jonatán expresó un profundo afecto por él, comparándolo con el suyo propio. La palabra hebrea traducida como «cuerpo» en este caso es la famosa y ambigua «nefesh», que normalmente se traduce como «alma», «vida» o «personalidad».

Muchos traductores interpretan este pasaje en el sentido de que Jonatán y David establecen un pacto. El hecho de que Jonatán se quitara inmediatamente la ropa y las armas y se las entregara a David es indicativo de una profunda confianza y camaradería entre los dos jóvenes.

Su lealtad se pone a prueba posteriormente cuando Saúl siente envidia del creciente éxito de David. Sin embargo, el vínculo entre los jóvenes permanece inquebrantable.

Jonatán finalmente perece en combate y Saúl se suicida. David compuso un conmovedor panegírico, lamentando la pérdida de ambos hombres, con especial énfasis en el carácter de Jonatán.

Jonatán yace muerto en tus lugares altos. El poeta transmite un profundo dolor por la pérdida de Jonatán, enfatizando su estrecho vínculo y el afecto excepcional de Jonatán.

La desaparición de los poderosos y la derrota de los instrumentos de destrucción de la guerra son reflexiones conmovedoras.

El poema emplea un sinónimo único de «ahav» al describir a Jonathan como «muy amado»: «na'am», que puede significar «amor», «afecto» o «placer».

El término «amor» se utiliza de diversas formas en este verso, y es importante comprender los matices de su uso. Una interpretación de la frase «tu amor por mí fue maravilloso, superando el amor de las mujeres» es que significa un afecto intenso y profundo entre dos personas. Sin embargo, también es posible que la expresión transmita algo más que amor romántico. No es de extrañar que muchos se hayan preguntado si esto sugiere una relación íntima.

Esto parecería contradecir las prohibiciones sobre la homosexualidad que se encuentran en el Libro del Levítico. Sin embargo, es crucial señalar que el Levítico está dedicado a las regulaciones que rigen a los sacerdotes. La prohibición en cuestión no está presente en el Libro del Deuteronomio, que reitera numerosas prohibiciones que se encuentran en el Levítico. Una investigación adicional se refiere a la interpretación precisa del lenguaje levítico: ¿Qué comportamientos o prácticas específicas están prohibidos?



Una conclusión incontestable es que el amor y las identidades LGBTQ+ han existido a lo largo de la historia de la humanidad, independientemente de su nomenclatura. A lo largo de la historia y en diversas culturas, ha habido diversos grados de aceptación hacia la variación sexual, pero su presencia permanece constante.

Un ejemplo notable de este fenómeno es el caso de David, que tuvo varias esposas. Un relato particularmente notable se refiere a la condena de David a un soldado, Urías el hitita, a una muerte espantosa, usurpando así a la esposa de Urías, Bat-Sheva, para su propio beneficio. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿estaba David, en esencia, dispuesto a tener una relación íntima con un hombre al que esencialmente llamaba su amante?

La vida de David estuvo marcada por numerosos acontecimientos trágicos, y su familia se hizo famosa por su comportamiento escandaloso. Quizá el ejemplo más notable sea la historia de su hijo Amnón violando a su media hermana Tamar. No obstante, la tradición lo tiene en gran estima, reconociéndolo como el rey preeminente de Israel y Judá, un poeta de renombre y el padre del rey Salomón, ampliamente reconocido por ser el autor del Cantar de los Cantares, una obra fundamental de la poesía bíblica.

Para concluir, me gustaría citar a los sabios de la Mishná, un texto rabínico que data aproximadamente del año 250 d. C.:

«Todo amor que depende de algo cesa cuando ese algo termina. Sin embargo, todo amor que no depende de nada nunca cesará. ¿Qué constituye un ejemplo de amor que depende de una condición particular? Un ejemplo de ello es el amor de Amnón por Tamar. Por el contrario, ¿qué constituye un ejemplo de amor incondicional? Una ilustración notable de este último tipo de amor se encuentra en la relación entre David y Jonatán.


6) ¿Por qué el amor parece mágico?


El objetivo de este estudio es determinar los factores que contribuyen a la percepción del amor como un fenómeno mágico. Se plantea la hipótesis de que el amor puede ser una ventaja evolutiva. En la era contemporánea de la ciencia, muchas personas perciben las fuerzas sobrenaturales como ilusiones basadas en ilusiones. Sin embargo, el amor es una clara excepción a la tendencia general de la humanidad hacia la racionalidad.

El fenómeno del amor romántico, como se ejemplifica en la cultura popular a través de programas de telerrealidad como «The Bachelor», se suele representar como algo inextricablemente ligado a la pareja predestinada. Esta noción, aunque a menudo se ridiculiza, resuena profundamente en las personas que han experimentado la profunda conexión y el sentido del destino que a menudo acompaña al amor romántico. Nuestros esfuerzos de investigación han revelado que las nociones de amor predestinado y almas gemelas son omnipresentes y se experimentan profundamente.

Como investigadores de psicología interesados en los mecanismos subyacentes que dan lugar al pensamiento, los sentimientos y el comportamiento humanos, planteamos una pregunta fundamental: ¿Por qué el amor parece mágico? Nuestra hipótesis es que abordar esta pregunta puede ofrecer información sobre los desafíos permanentes que experimentan las personas en las relaciones románticas. ¿Deberían las personas confiar sin dudar en sus inclinaciones emocionales para guiarse hacia la satisfacción, a pesar de la turbulencia concomitante que es tan integral al amor como sus aspectos dichosos? ¿O debería prevalecer la racionalidad en la búsqueda de una relación satisfactoria, con un sano escepticismo hacia la tendencia al pensamiento mágico sobre el amor?



El objetivo de este estudio es explorar la naturaleza del amor y sus implicaciones en las relaciones humanas.
Contrariamente a la creencia popular, el amor romántico no es un invento moderno de poetas o productores de reality shows. Más bien, ha formado parte de la naturaleza humana durante muchos miles de años. Las cartas de amor de hace 4000 años en Mesopotamia guardan un parecido sorprendente con las escritas hoy en día, lo que sugiere que la esencia del amor permanece relativamente constante en todas las culturas. Además, los resultados de las investigaciones indican que las nociones de amor predestinado y almas gemelas son frecuentes y se experimentan profundamente.

Sin embargo, los mecanismos subyacentes y los orígenes evolutivos de este fenómeno siguen siendo objeto de investigación científica. Esta investigación se aborda a través del marco conceptual de la psicología evolutiva.

La psicología evolutiva postula que las tendencias cognitivas y de comportamiento que exhiben los seres humanos hoy en día son el resultado de un proceso evolutivo a largo plazo. A lo largo de sucesivas generaciones, se han transmitido rasgos que favorecían la supervivencia y el éxito reproductivo, lo que ha dado lugar a la perpetuación de características genéticas beneficiosas. Se cree que este proceso evolutivo ha conducido a la evolución de la mente humana, centrándose en estrategias de supervivencia y reproducción, como el consumo de alimentos ricos en nutrientes y la selección de parejas potenciales que puedan producir descendencia sana.



El presente estudio pretende explorar las posibles implicaciones del amor y su fenómeno de «destino» en la supervivencia y reproducción de nuestros antepasados. Una hipótesis postula que el propósito fundamental del amor se remonta al concepto de firmar un contrato de arrendamiento.

La noción de «firmar un contrato de arrendamiento» puede compararse con el concepto de embarcarse en una relación romántica. Así pues, surge la pregunta: ¿por qué las personas aceptan contratos de varios años para propiedades residenciales? Esto se basa en la idea de que el inquilino puede conseguir una residencia más ventajosa en un futuro próximo, mientras que el propietario puede encontrar un candidato más adecuado para la propiedad.

La razón subyacente de este fenómeno es que el arduo y costoso proceso de búsqueda de un apartamento o inquilino adecuado puede ser una fuente de considerable frustración para ambas partes. En consecuencia, les conviene asumir un compromiso a largo plazo con un contrato de arrendamiento imperfecto pero suficiente. El contrato de arrendamiento firmado sirve como vínculo crucial, disuadiendo eficazmente la tentación de otras opciones que socaven este acuerdo mutuamente beneficioso.

Un dilema de compromiso similar surge en el contexto de la elección de una pareja romántica. Se plantea la hipótesis de que los seres humanos han evolucionado para favorecer principalmente las relaciones monógamas que duran al menos lo suficiente como para criar a los hijos juntos. Dada la magnitud de este compromiso, existe una amplia motivación para garantizar su cumplimiento óptimo mediante la identificación de la pareja más adecuada.

Sin embargo, la búsqueda de dicha pareja es a menudo ardua y exigente, y requiere una inversión considerable de recursos. Para abordar el problema del compromiso y asegurar la propagación exitosa de los genes de uno, a menudo es ventajoso priorizar una pareja adecuada sobre la búsqueda de la perfección. Esta perspectiva sugiere que el amor puede haber evolucionado como un contrato biológico, abordando eficazmente el problema del compromiso y proporcionando al mismo tiempo una «recompensa embriagadora» por esta solución.

Si bien el papel del amor en la facilitación de la reproducción sexual es un fenómeno bien documentado, es importante reconocer que el amor también es un componente significativo de la vida de las personas que no se reproducen sexualmente, como los homosexuales, los asexuales y otros. Los investigadores que han estudiado la evolución de la atracción hacia personas del mismo sexo han planteado que las relaciones románticas pueden proporcionar ventajas adaptativas incluso en ausencia de reproducción sexual. Desde una perspectiva evolutiva, la variación es un motor fundamental del cambio, y no existe un estado «normal» o «ideal» singular.

El amor fomenta el compromiso.

Después de enamorarse de una pareja, el amor ayuda a garantizar el compromiso de varias maneras.

En primer lugar, se ha demostrado que las personas en relaciones comprometidas tienden a percibir a las parejas potenciales como menos atractivas en comparación con las personas solteras. Este cambio de percepción engendra una percepción de la pareja como una perspectiva más deseable en comparación, lo que desalienta a las personas en pareja de buscar opciones románticas alternativas.

En segundo lugar, el amor fomenta los celos, una adaptación de «protección de la pareja» que motiva la vigilancia y la actitud defensiva hacia las posibles amenazas a la relación. Aunque las implicaciones psicológicas de los celos pueden ser perjudiciales, los psicólogos evolutivos postulan que pueden tener una función protectora, disuadiendo la infidelidad y la agresión potencial en la relación.

Por último, como nuestro equipo de investigación explora en estudios en curso, la prevalencia de narrativas de «destino» en las creencias sobrenaturales podría reforzar la percepción de las personas sobre el valor de su relación.



El presente estudio tiene como objetivo investigar los posibles beneficios adaptativos de las creencias mágicas sobre el amor, a pesar de su fundamento en la fantasía. En contraste con la previsibilidad de un acuerdo contractual, las emociones se caracterizan con frecuencia por la turbulencia y la imprevisibilidad. La noción de que una relación está «destinada a ser» proporciona una razón para perseverar en una relación, lo que puede tener una función adaptativa.

Si bien la noción de amor predestinado puede considerarse objetivamente falsa, se puede argumentar que desempeña un papel significativo en el fomento del compromiso y el fortalecimiento de las relaciones, cumpliendo así los criterios de ser «profundamente racional». Como observa con perspicacia el neurocientífico Karl Deisseroth, el amor puede conceptualizarse como un «vínculo irracional que se vuelve razonable en virtud de su propia existencia».

En consecuencia, a pesar de la inverosimilitud del amor mágico, la percepción del amor como mágico es una respuesta racional a los desafíos que plantean las relaciones humanas. Nuestra interpretación de las investigaciones existentes sugiere que la magia del amor puede facilitar el compromiso sustancial necesario para la propagación exitosa de los genes de uno.

Es importante señalar que esto no implica una actitud desdeñosa hacia la complejidad de las emociones humanas y las complejidades de las relaciones románticas. El reconocimiento del papel del amor en la perpetuación del linaje genético, tal como postula la teoría de Deisseroth, impulsa un examen crítico de sus implicaciones para el comportamiento humano y la teoría evolutiva. Es razonable concluir que el consejo que suelen dar los concursantes de programas de televisión populares como «The Bachelor», que anima a las personas a «seguir su corazón» y confiar en que encontrarán sentido en la búsqueda de un imperativo biológico, no es la orientación más eficaz.

Sin embargo, hay un mínimo de veracidad en ese cliché. Por el contrario, rechazar esta noción puede llevar a pensar demasiado en una de las ofertas más significativas de la vida.


7) Burlarse de la idea del amor a primera vista


La noción del amor a primera vista es un tema de considerable interés y debate.

En una asignatura que imparto en la Universidad de Brown titulada «Historias de amor», iniciamos el estudio con el concepto del amor a primera vista.

Los críticos del concepto a menudo afirman que el amor a primera vista es una ilusión, sosteniendo que es un nombre inapropiado para lo que es simplemente un enamoramiento o un término eufemístico para la lujuria.

Los partidarios de esta perspectiva son a menudo acusados de ingenuidad o incluso de razonamiento falaz.

En mi curso, establezco paralelismos con un episodio de «The Office» en el que aparece Michael Scott, el director regional de Dunder Mifflin. Scott está tan cautivado por una modelo que aparece en un catálogo de muebles de oficina que queda completamente desconcertado. Michael jura encontrarla en persona, solo para descubrir que el amor de su vida ya no está viva. En un estado de profunda desolación, pero sin desanimarse, Michael visita su lugar de descanso final e entona un conmovedor réquiem, con la melodía de «American Pie»:

Adiós, señora modelo de silla. Soñé que estábamos casados y me tratabas bien. Tuvimos muchos hijos, bebiendo whisky y centeno. ¿Por qué tuviste que irte y morir?
Esta conmovedora escena evoca la arquetípica tragedia del amor a primera vista, en la que las acciones del protagonista conducen en última instancia a su propia desaparición.

Si uno se enamora de una persona tras un breve encuentro, puede cuestionarse hasta qué punto debe invertir sentimientos en la situación, lo que podría llevar a un destino similar al de Michael.


Este fenómeno ha llamado la atención de psicólogos y neurocientíficos, que han tratado de dilucidar sus mecanismos subyacentes. Sin embargo, se puede argumentar que la guía más fiable sobre este asunto se encuentra en las obras de Shakespeare.

Un examen exhaustivo de la literatura científica revela que, incluso en una clase diseñada para románticos, aproximadamente el 90 % de los 250 estudiantes encuestados indican que no creen en el amor a primera vista.

Este hallazgo coincide con las conclusiones de al menos un estudio, que postula que la mayoría de las personas están de acuerdo con los sentimientos expresados por mis estudiantes. Esta idea se ve corroborada por los resultados de un estudio posterior, que afirma que la gran mayoría de las personas están de acuerdo con esta perspectiva. El encuentro inicial entre dos personas puede o no dar lugar a un estado inmediato de enamoramiento. Con el tiempo, van desarrollando gradualmente una comprensión íntima del otro. Es solo en esta etapa posterior cuando se manifiesta típicamente el fenómeno del amor. Esta perspectiva se alinea con la noción predominante de que el amor es un proceso de desarrollo.

Sin embargo, cabe destacar que la noción de amor a primera vista puede no ser tan poco común como se cree comúnmente. Las encuestas sugieren que una proporción significativa de individuos cree en el amor a primera vista. Una proporción significativa de individuos afirma haber experimentado personalmente el amor a primera vista.

Sin embargo, la comunidad científica aún no ha proporcionado una explicación concluyente para este fenómeno. Un importante conjunto de investigaciones ha identificado los procesos neurológicos distintivos asociados con la experiencia de atracción inicial, que se caracteriza por la liberación de sustancias químicas relacionadas con el placer, la excitación y la ansiedad. En cambio, el fenómeno del verdadero apego romántico se caracteriza por el predominio de hormonas de apego, como la oxitocina, en el cerebro.

Sin embargo, otros estudios cuestionan esta noción de una clara demarcación entre la química del amor a primera vista y la del amor «verdadero», proponiendo en su lugar que las respuestas cerebrales iniciales pueden tener semejanzas con las observadas en etapas posteriores de la implicación romántica.

Independientemente del grado en que estas reacciones químicas iniciales sean similares a las observadas en relaciones románticas prolongadas, la pregunta fundamental sigue siendo:

¿Merece el amor a primera vista la designación de amor?

Las obras de Shakespeare ofrecen una perspectiva que no está determinada únicamente por los hallazgos científicos o de encuestas. Shakespeare se cita con frecuencia en obras académicas contemporáneas que examinan el fenómeno del amor, y sus obras demuestran el potencial del amor a primera vista para ser una forma genuina de amor.

A continuación se examinará el encuentro de sus amantes en Romeo y Julieta.

Romeo, enamorado de Julieta en el baile de los Capuleto, reunió el valor para hablar con ella, a pesar de no saber su nombre. Al averiguar su identidad, recibe una respuesta que supera sus expectativas. En consecuencia, proceden a intercambiar sonetos, lo cual es una característica notable de su interacción.

Romeo: Si profano este sagrado santuario con mano indigna, el suave pecado es este:
Mis labios, como peregrinos con mejillas sonrojadas, están listos para besar cualquier aspereza.

Julieta: «Buen peregrino, haces demasiado mal a tu mano,
lo que muestra tu cortés devoción en esto;
pues los santos tienen manos que las manos de los peregrinos tocan,
y palma con palma es el beso de los peregrinos santos».

Romeo: ¿No tienen los santos y los peregrinos santos labios para besar?

Julieta: En efecto, peregrino, labios que deben usar en la oración.

Romeo: Por lo tanto, es razonable concluir que los labios de los santos deben funcionar de la misma manera que sus manos.
Ellos rezan; concédeles, no sea que la fe se convierta en desesperación.

Julieta: Se sabe que los santos permanecen quietos, pero sus oraciones son respondidas.

Romeo: Mientras tanto, te ruego que te quedes quieta, porque mi súplica está a punto de dar fruto.
A pesar de su encuentro inicial, los dos entablan un discurso dinámico e ingenioso, estableciendo un intenso intercambio de idas y venidas que asimila el amor con la religión. Los poemas de amor, un género destacado en la obra de Shakespeare, suelen ser articulados por un amante a una amada, como lo ejemplifican numerosos sonetos y el réquiem de Michael. Normalmente, se emplea una sola voz. Sin embargo, en el caso de Romeo y Julieta, la dinámica entre los dos se caracteriza por una notable mezcla de intensidad y fantasía.

En los cuatro primeros versos, Romeo da prioridad a los labios sobre las manos, buscando un beso. En los cuatro versos siguientes, la perspectiva de Julieta difiere de la de Romeo. Ella afirma que el acto táctil de cogerse de la mano es, de hecho, superior. El acto de cogerse de la mano, sostiene ella, constituye una forma independiente de besar.

Romeo insiste, invocando la metáfora de los labios consagrados por los santos y los peregrinos. Luego postula que, dado el precedente establecido por los santos y los peregrinos, los labios no deben ser del todo perjudiciales. Además, afirma que deben utilizarse.



En respuesta, Julieta ofrece un contraargumento, afirmando que: Aunque está de acuerdo con la idea de utilizar los labios, Julieta distingue este uso del acto de besar, sugiriendo que son más adecuados para la oración. Romeo intenta una tercera resolución a la tensión sugiriendo que besar, en lugar de estar en oposición a la oración, es de hecho un acto de oración. Además, postula que el acto de besar puede considerarse una forma de oración, un medio de pedir un mundo más ideal. Julieta finalmente está de acuerdo, y la pareja se besa, siguiendo un pareado que alude a su conexión armoniosa.

Es evidente que tanto Romeo como Julieta albergan expectativas poco realistas. Sin embargo, su conexión es tan profunda e inmediata que sería mezquino descartar su amor como una mera locura. Sería injustificado y poco sensato descartar su amor como una mera fantasía, como se podría descartar fácilmente las payasadas de Michael Scott. Este fenómeno no puede ser ignorado como una mera fantasía, ya que no se trata de un hombre con un catálogo de muebles de oficina o de dos juerguistas en un club.

El acto de dos desconocidos compartiendo un soneto en el habla sugiere la presencia de una conexión profunda, lo que indica un alto grado de receptividad entre ellos.

Por lo tanto, es desaconsejable descartar su relación de plano, ya que esto implicaría una falta de seriedad o respeto.

Es imperativo reconocer la importancia de Romeo y Julieta, así como de aquellos que emulan sus acciones, y evitar descartarlos.

El discurso común que rodea el encuentro inicial con un posible interés romántico, caracterizado por expresiones de afinidad inmediata y una sensación de familiaridad íntima a pesar de la brevedad del encuentro, ejemplifica la prevalencia de tales experiencias. Este fenómeno puede interpretarse como una manifestación contemporánea del concepto de «amor a primera vista de bajo grado», que se caracteriza por una atracción inicial hacia otro individuo, que a menudo precede al desarrollo de una conexión romántica más profunda.

Resulta intrigante considerar las implicaciones de adoptar el mismo enfoque ejemplificado por Romeo y Julieta. Exhiben los sellos distintivos del amor «maduro» que a menudo se consideran sus características definitorias: pasión profunda, intimidad y compromiso. Según la doctrina de Shakespeare, la presencia de estas cualidades, independientemente de su duración temporal, sirve como indicación de la existencia del amor verdadero.

Es común afirmar que las personas no experimentan amor a primera vista debido a la ausencia de familiaridad y la oportunidad de un vínculo emocional. La propia obra de Shakespeare da fe de su conocimiento de los fenómenos que ahora se reconocen como lujuria y lo que ahora se denominaría enamoramiento. No le falta discernimiento.

Sin embargo, subraya la noción de que, en determinadas circunstancias, los individuos poseen un profundo sentido de familiaridad desde el principio. Este fenómeno, a menudo denominado «amor», se caracteriza por un profundo sentido de comprensión y empatía entre las parejas. El amor les obliga a jurarse lealtad el uno al otro. El amor fomenta así la inventiva. Sin embargo, es igualmente importante reconocer los aspectos humorísticos y a veces absurdos del amor.

Este atributo del amor, sin embargo, no es más que una de sus muchas cualidades notables
cualidades. De hecho, engendra un entorno en el que lo absurdo no solo se tolera, sino que se celebra.


8) Amor desgarrador


La noción de amor profundo y desinteresado evoca profundas respuestas emocionales. Un examen de las implicaciones contemporáneas de la narrativa del «buen samaritano» en el contexto de los principios éticos. El relato bíblico del buen samaritano constituye un elemento fundamental en los planes de estudio de la escuela dominical. El término «buen samaritano» es una forma general de describir a una persona bondadosa, o alguien que se detiene a cambiar una rueda a un automovilista varado, ayuda a un niño perdido a encontrar a sus padres en una tienda o da dinero a programas de ayuda en caso de desastre.

Sin embargo, desde la perspectiva de un especialista en ética, la visión ética de la parábola trasciende el mero consejo de ayudar a los demás cuando sea posible. La parábola da lugar a profundas indagaciones filosóficas sobre la naturaleza del amor por otro individuo y nuestra capacidad, a veces asombrosa, para establecer un sentido de conexión con los demás.

Ama a tu prójimo


La parábola del buen samaritano se encuentra en el Evangelio de Lucas, una sección de la Biblia en la que Jesús está atrayendo seguidores y preparándolos para difundir su movimiento.

Durante una de esas sesiones, un erudito religioso le plantea una pregunta a Jesús, solicitando una explicación del mandamiento fundamental de la ética judía: «Amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo». En respuesta, Jesús relata la ahora icónica historia del buen samaritano.

La parábola trata de un hombre que viaja de Jerusalén a Jericó por una ruta peligrosa. La narración bíblica no ofrece más detalles sobre este individuo, pero la tradición postula que es de fe judía. La narración relata cómo este individuo fue objeto de un ataque brutal, casi perdiendo la vida. Mientras yacía en una zanja, un sacerdote del templo y un funcionario del templo se fijaron en él, pero pasaron rápidamente de largo.

Sin embargo, un miembro de otra tribu, un samaritano, se encontró con el hombre herido. El samaritano se conmovió inmediatamente y se acercó corriendo, subió al hombre a su burro, lo llevó a una posada cercana y se quedó con él toda la noche, cuidándolo hasta que volvió a la vida. A la mañana siguiente, el samaritano compensó al posadero con dos denarios, que equivalían aproximadamente al salario de dos días, y se ofreció a cubrir cualquier gasto adicional que el hombre pudiera necesitar mientras se recuperaba.


Jesús redirige la pregunta al erudito: ¿Quién amó a su prójimo? El erudito admite el punto: el samaritano que tuvo misericordia.

En respuesta, Jesús ofrece la siguiente advertencia: «Ve y haz tú lo mismo».

¿Qué acciones del samaritano ejemplifican los principios fundamentales de la ética del amor? Según el texto, al samaritano se le «revolvió el estómago» cuando vio al hombre necesitado, una acción que se describe con la palabra griega «splagchnizomai».

Este término también se utiliza en otros lugares de los Evangelios, evocando una respuesta emocional visceral. Este «amor desgarrador» se caracteriza por su naturaleza espontánea y visceral.

El concepto de «amor desgarrador» ha sido objeto de investigación filosófica durante siglos. Los filósofos de la Antigüedad han dedicado mucho tiempo y esfuerzo a comprender la naturaleza del amor humano, a menudo empleando complejos marcos intelectuales para hacerlo. Un ejemplo notable es el «Simposio» de Platón, un diálogo en el que Sócrates entabla un debate ebrio con sus amigos sobre la naturaleza del amor erótico. La profunda teorización de Aristóteles sobre la amistad, la «philia», constituye la base de sus enseñanzas éticas. Las teorías de Aristóteles sobre la ética incluyen el concepto de que cuando los seres humanos aman verdaderamente a un amigo, lo consideran su «segundo yo». Esta teoría sugiere que la vida de los amigos más cercanos se entrelaza con la propia.

El concepto de «ágape», término utilizado en el Nuevo Testamento para denotar el amor desinteresado e incondicional, ha sido objeto de debate entre los primeros filósofos cristianos. San Agustín introdujo el concepto de «amoris ordo», el orden de los amores, que postula que la moral obliga a un individuo a priorizar el amor al bien supremo, que es Dios, y posteriormente organizar el resto de sus amores para servir a este amor supremo.

Estos conceptos retratan el amor como una disposición intelectual a menudo exclusiva de un grupo selecto, como Dios, la familia o los compatriotas. Las nociones cristianas de «ágape» refinan aún más este concepto, postulando que este amor profundo solo es accesible a un ser divino, aunque los humanos deben aspirar a él y pueden experimentar sus efectos.

El splagchnizomai, por otro lado, es distinto, ya que es una emoción física que solo es posible para las criaturas con cuerpo. La parábola del buen samaritano subraya que esta emoción puede ser provocada por cualquiera, en cualquier momento, si uno está preparado para conmoverse, como el samaritano.



El amor y el pensamiento moral moderno


Los filósofos del siglo pasado han luchado por explicar cómo el amor puede ser uno de los elementos moralmente más significativos de nuestras vidas, a la vez que tan extraordinariamente parcial, sesgado y aparentemente arbitrario.

Al abordar este enigma, ha surgido una perspectiva predominante: el amor no se considera una fuente de conocimiento ético, sino más bien un estorbo dentro del ámbito de la psicología humana, que obstaculiza la trayectoria del razonamiento ético.

De hecho, los movimientos recientes más destacados en ética aplicada están totalmente orientados hacia la eficiencia racional. El movimiento del altruismo eficaz postula que los individuos deben utilizar la evidencia para optimizar su eficiencia y convertirse en los benefactores más eficaces posibles. Los defensores de este movimiento aconsejan a los graduados universitarios que buscan tener un impacto significativo que reconsideren dedicarse al servicio público y busquen en su lugar un empleo bien remunerado. Sostienen que el impacto indirecto de la redistribución de la riqueza puede superar al del cuidado directo de los demás. Además, las emociones se consideran con cierto escepticismo, ya que se perciben como posibles fuentes de sesgo en lugar de sabiduría moral.

En su libro Against Empathy, el psicólogo Paul Bloom advierte que tales sentimientos suelen tener un rendimiento inferior en un mundo en el que numerosas personas están necesitadas y las consecuencias de las acciones de uno son difusas y a menudo tardías, lo que dificulta su medición.

Esta perspectiva se yuxtapone a la parábola del buen samaritano, que retrata la ética como un asunto emocional, profundamente personal y casi absurdamente ineficiente. Los dos denarios, en este contexto, representan una cantidad sustancial, que podría haberse destinado a mejorar las medidas de seguridad en la carretera y prevenir robos posteriores, en lugar de utilizarse para salvar a un solo individuo. Además, el samaritano no delegó el cuidado del herido en un médico local. En cambio, el samaritano cuidó directamente del herido, como se haría con un familiar gravemente enfermo.

El concepto de vecinos y vallas es un tema recurrente en las enseñanzas de Jesús, así como en el discurso contemporáneo. Una escuela de pensamiento consideraba que un «vecino» era un miembro de la propia comunidad: el Libro del Levítico, sin embargo, afirma que no se debe albergar resentimiento contra los conciudadanos. Por el contrario, otra escuela de pensamiento postulaba la obligación de amar incluso a los extraños que solo viajan temporalmente por la tierra de uno. El Libro del Levítico profundiza en este sentimiento, afirmando: «El extranjero que resida contigo será para ti como uno de tus ciudadanos; lo amarás como a ti mismo».

La parábola del buen samaritano se cita a menudo como ejemplo del respaldo de Jesús a la interpretación más amplia de la ética del amor. Al subrayar un tipo específico de amor, uno que es profundamente conmovedor, Jesús parece sugerir que la progresión en la ética está impulsada por las emociones más que por la racionalidad.

Mis actuales esfuerzos de investigación se centran en las implicaciones de interpretar esta parábola como una guía filosófica para la ética en la época contemporánea. Por ejemplo, si la ética del amor es válida, entonces preparar a los estudiantes para abordar cuestiones sociales complejas requiere algo más que un análisis de costes y beneficios. También requiere fomentar la capacidad de los estudiantes para reconocer y alimentar las emociones, en particular la compasión amorosa.

Un examen detenido revela sorprendentes paralelismos entre la parábola original del buen samaritano y las cuestiones políticas contemporáneas, en particular las relacionadas con la migración y la polarización. La parábola subraya la capacidad innata de los seres humanos para amar más allá de los límites de nuestras relaciones establecidas o «tribus», arrojando luz sobre las profundas pérdidas que se producen cuando esta capacidad no se cultiva.



9) El alma del amor en la era digital


¿Está perdiendo el amor su alma en la era digital?


Este fenómeno plantea la cuestión de si el amor romántico está experimentando una transformación en la era digital.

Un fenómeno notable en las plataformas de redes sociales como Instagram implica la práctica de las «publicaciones de aniversario semanal», en las que los usuarios documentan meticulosamente la duración de sus relaciones románticas. Un artículo reciente en The New York Times explica cómo las publicaciones de aniversario semanal pueden generar, de forma involuntaria (o, en algunos casos, intencionada), sentimientos de vergüenza entre las personas que no mantienen una relación romántica.

El artículo observa además que este fenómeno puede llevar a las personas a cuestionar la autenticidad o la intensidad de sus propias relaciones. Las personas pueden cuestionar el nivel de pasión y entusiasmo mostrado por sus parejas en sus expresiones de amor en línea. Algunas personas incluso han reconocido que esta práctica les ha llevado a prolongar las relaciones más allá de su conclusión natural, impulsadas por el deseo de mantener una fachada de longevidad en la relación.

Cabe señalar que este fenómeno no es exclusivo de las publicaciones de aniversario de la semana, sino que pertenece al contexto más amplio de las redes sociales y la exhibición pública de la vida personal. En esta época, las personas a menudo se sienten obligadas a documentar cada aspecto de sus vidas en tiempo real, independientemente de su importancia o relevancia.

Como filósofo que investiga el tema de la privacidad, me encontré reflexionando sobre la nueva y valiente cultura de compartir digitalmente.

Una pregunta destacada que surge de este fenómeno son las implicaciones de esta nueva cultura de compartir digitalmente en la naturaleza del amor y las relaciones.

Surge entonces la pregunta: ¿qué motiva a las personas a exhibir sus vidas íntimas de tal manera?
Este fenómeno, aunque no es algo sin precedentes, subraya un cambio en la dinámica social, en la que la necesidad de buscar la validación externa y el reconocimiento de los compañeros y conocidos se ha convertido en un aspecto omnipresente en la vida de muchas personas. La búsqueda de la validación social, que a menudo precede a la propia autoaprobación, es una tendencia humana común. La validación de los demás, o la envidia que puedan mostrar, sirve para aumentar nuestra propia sensación de satisfacción.

Este fenómeno ha sido conceptualizado por el filósofo Jean Jacques Rousseau, quien distinguió entre «amour de soi», definido como amor propio sin necesidad de validación externa, y «amour propre», caracterizado como amor propio que depende de la validación externa. El primero se caracteriza por un amor instintivo desprovisto de autorreflexión. Rousseau conceptualiza esto como algo presente en lo que él denominó «hombre presocial», que no se preocupa por las percepciones de los demás. Además, explica que este amor propio incondicional se caracteriza por una falta de juicio, lo que sugiere que las personas que experimentan esta forma de amor propio pueden no estar tan influenciadas por las expectativas sociales o las opiniones externas.

Sin embargo, a medida que la sociedad complica la vida humana, surge una nueva forma de amor propio: el amour propre. Este concepto se refiere al amor propio influenciado por las percepciones y evaluaciones de los demás. Según Rousseau, el amor propio es inherentemente defectuoso. Se percibe como insustancial, superficial y, a veces, incluso engañoso. La naturaleza transitoria de las opiniones y juicios sociales los hace inadecuados como base para un amor propio auténtico, duradero y seguro, así como para las emociones asociadas a él.

Esta perspectiva arroja una luz dudosa sobre las publicaciones de aniversario de la semana, lo que sugiere que pueden no servir como base sólida para la autoestima. Es plausible plantear la hipótesis de que tales muestras sirven como un medio para saciar la necesidad de amor propio, una búsqueda a menudo caracterizada por la búsqueda de aprobación y la provocación de envidia por parte de los observadores en línea. Es necesario investigar más a fondo la naturaleza de estas publicaciones para determinar si están destinadas a la pareja. Alternativamente, podrían ser un medio para buscar la validación pública.

La curación de las narrativas de vida


Es imperativo explorar métodos alternativos de interpretación de las publicaciones de aniversario de semana que no dependan de la validación externa.


El filósofo Paul Ricoeur postuló que los seres humanos poseen una necesidad inherente de percibir sus vidas a través de la lente de la narrativa. Esta perspectiva ofrece una comprensión fundamental de cómo los individuos interpretan y dan sentido a sus experiencias.

En concreto, las personas se esfuerzan por imponer una estructura narrativa a sus vidas, designando un principio, un clímax e, idealmente, una conclusión adecuada. Además, las personas aspiran a situar sus narrativas vitales dentro de una narrativa más amplia y global, ya sea en un contexto social, un período histórico o un marco cósmico.

La llegada de las redes sociales ha dotado a las personas de una capacidad sin precedentes para comisariar sus narrativas vitales, permitiéndoles reimaginar su historia, alterar personajes, tramas dominantes y temas de fondo, y hacerlo de acuerdo con sus preferencias. La documentación de los acontecimientos y sucesos cotidianos tiene el potencial de elevarlos, confiriendo así un grado de importancia.

En consecuencia, parece ser una inclinación natural de las personas hacer una crónica de sus incipientes relaciones románticas.

Desde una perspectiva personal, habiendo experimentado las etapas iniciales de las relaciones románticas, puedo dar fe de la naturaleza tumultuosa de estos sentimientos, que a menudo se caracterizan por una sensación de euforia entrelazada con cierto grado de perplejidad. Este período se caracteriza por una tumultuosa variedad de emociones que son difíciles de manejar y comprender. En medio de la miríada de mensajes contradictorios que emanan de la familia, las normas sociales y las influencias de los medios de comunicación, puede resultar difícil determinar el enfoque óptimo para navegar por las relaciones románticas y determinar si uno está procediendo de manera satisfactoria o si, de hecho, ha encontrado una pareja adecuada.

En mi propia experiencia, encontré consuelo en articular mis pensamientos a través de la escritura. Esta práctica me dio una sensación de claridad. El acto de escribir permitió la articulación de pensamientos, que luego se hicieron tangibles. Esto facilitó una comprensión más profunda de las ideas más resonantes, potentes y convincentes.

El medio de las redes sociales, en cambio, no está diseñado para la introspección o la articulación de sentimientos profundos. Se basa en la brevedad, el atractivo visual y las declaraciones. Twitter, por ejemplo, impone un límite de 280 caracteres a las contribuciones de sus usuarios.

La propia naturaleza del medio excluye cualquier margen de ambigüedad. Las redes sociales no son un lugar apropiado para lidiar con una multitud de emociones conflictivas. La naturaleza binaria de las relaciones románticas, caracterizada por la dicotomía de estar enamorado o no, encuentra un reflejo en la naturaleza concisa de las publicaciones en las redes sociales. El acto de declarar un estado de enamoramiento, desprovisto del elemento de felicidad, no sirve para nada.

Como ha observado Facebook, las publicaciones negativas tienden a perder seguidores, y muchas personas buscan mantener su audiencia. Bernard Harcourt, un jurista, postula que la práctica de compartir contenido en las redes sociales tiene paralelismos con la tradición estadounidense de emprendimiento. Desde esta perspectiva, el acto de publicar en las redes sociales para celebrar el aniversario de una relación puede verse como una forma de marca personal, que permite a las personas comercializar sus narrativas personales ante una amplia audiencia.

Sin embargo, sigue siendo difícil discernir cómo este fenómeno contribuye o fomenta las relaciones duraderas y satisfactorias. Si, como sostiene Ricoeur, las expresiones en las redes sociales son intentos de imbuir de significado lo mundano, lo simple y lo cotidiano, surge la pregunta: Esto lleva a indagar más en las motivaciones que hay detrás de la búsqueda recurrente y constante de este comportamiento.

Se podría argumentar que esta práctica es indicativa de una sensación de inseguridad. En esencia, la búsqueda de afirmación de fuentes externas, como las redes sociales, eclipsa potencialmente la validación intrínseca que debería derivarse de la pareja.

Amor auténtico

La comprensible inclinación de los jóvenes amantes a expresar su alegría públicamente no es intrínsecamente problemática. Sin embargo, a medida que las relaciones evolucionan y maduran, se hace evidente que el verdadero amor tiende a manifestarse en privado, lejos de la mirada pública.


No siempre es fácil distinguir a las parejas de enamorados en lugares públicos. Este fenómeno se ejemplifica en la observación de relaciones personales, como las de los padres o suegros, que llevan casados casi cincuenta años. Tienen la capacidad de mantener largos períodos de cómodo silencio entre ellos. Su habilidad para comunicarse sin el uso del lenguaje verbal es un testimonio de su profunda conexión.

Es evidente que el amor, en su estado maduro, es predominantemente un asunto privado que requiere intimidad. Es en la intimidad de una relación donde la ambigüedad y complejidad inherentes al amor se hacen plenamente evidentes. En el contexto de la intimidad, ambos miembros de la pareja son vistos y conocidos en su totalidad, con todos sus defectos y contradicciones, y se extiende el perdón.

Es en estos momentos de intimidad cuando los amantes aprenden a tolerar la ambigüedad, a sortear las diferencias y a perseverar.


La influencia de la religión en las relaciones personales y los conflictos sociales es un tema que merece un examen más profundo.


10) Qué es estar realmente enamorado


El presente estudio pretende examinar la relación entre la expansión del vocabulario afectivo de una persona y su impacto potencial en las relaciones interpersonales. La expansión del concepto de amor y sus implicaciones para las relaciones y la autopercepción. La naturaleza del amor. ¿Podrían clasificarse de otra manera los sentimientos que actualmente se identifican como amor?

También se examina el concepto de enamoramiento. ¿Podrían estos sentimientos ser manifestaciones de tendencias obsesivas? ¿O tal vez es simplemente un capricho pasajero? También se examina el concepto de estar prendado. ¿Fascinación? ¿O tal vez se describe con más precisión como «hechizo»? ¿O tal vez es una forma de lujuria? ¿O tal vez es un flechazo? ¿O tal vez es un estado de angustia emocional, caracterizado por una sensación de estar abrumado o afectado emocionalmente? ¿O tal vez es admiración platónica? Surge la pregunta de por qué ciertas formas de apego se designan como amor romántico, mientras que otras no.

Para ilustrar esta pregunta, considere el siguiente ejemplo: suponga que Holly conoce a una persona durante unas vacaciones. Rápidamente establecen un estado de conexión íntima, caracterizado por la compatibilidad romántica y sexual. Cabe destacar que Holly, al ser del Reino Unido, probablemente esté familiarizada con el concepto de «romance de vacaciones», un término que se emplea con frecuencia y que forma parte de su lengua vernácula. Dada su familiaridad con este término, es capaz de aplicar el marco conceptual del «romance de vacaciones» a su relación, lo que permite una comprensión más matizada de su dinámica. Reconoce que la rápida intimidad emocional y la aparente compatibilidad que experimentó probablemente se deban a circunstancias transitorias que no están destinadas a perdurar.

Por el contrario, una persona de Estados Unidos, donde el concepto de «romance navideño» rara vez se emplea, podría interpretar más fácilmente esta rápida conexión emocional y sexual como un presagio de una compatibilidad profunda y duradera.

La experiencia de reconocer el amor puede tener un profundo impacto. Este estado emocional tiene el potencial de influir en los sentimientos, las relaciones interpersonales e incluso en la orientación sexual de una persona. La pregunta, entonces, es cómo las personas determinan si están enamoradas.

Esta investigación, supongo, depende del entorno lingüístico de cada uno. En concreto, el discurso predominante en torno al romance, las relaciones y la atracción dentro del entorno social inmediato de una persona desempeña un papel fundamental en la interpretación de los sentimientos románticos.



Como filósofo especializado en esquemas de categorización, investigo los mecanismos, los aspectos temporales y las razones que subyacen al etiquetado de las emociones, la sexualidad y la salud. Mi investigación se centra en el impacto de estas etiquetas en el autoconcepto y el bienestar de las personas, así como en cómo las clasificaciones y etiquetas alternativas pueden conducir a nuevas formas de entender y dar forma al mundo.

Las implicaciones de una cultura que inculca una definición más amplia y abarcadora del amor, o una definición más estrecha y restrictiva, son significativas. Además, el impacto de enriquecer el vocabulario que rodea al amor en nuestra comprensión del mismo es un tema de interés.

El andamiaje social de las palabras. Las autoasignaciones de amor dependen de dos cosas. La primera de ellas es el juicio introspectivo sobre el estado emocional de uno: ¿Experimenta el individuo atracción hacia la otra persona? ¿Te sientes energizado por él? ¿Te sientes ansioso en su presencia? El segundo componente se refiere a la concepción que uno tiene del amor. ¿El amor requiere una preocupación por el bienestar del individuo? ¿Contemplar al individuo consume con frecuencia tus pensamientos? ¿Se caracteriza por la atracción sexual? Cuando la autopercepción de un individuo de sus emociones hacia otro se alinea con sus conceptualizaciones del amor, se produce un proceso de autoasignación del amor. Este proceso de autoatribución es una forma de autoevaluación que lleva a la conclusión de que uno está en un estado de amor.

El marco conceptual proporcionado por el lenguaje sirve como andamiaje social, dando forma a nuestras percepciones e interpretaciones de las relaciones interpersonales. Es decir, establecen expectativas y normas que rigen el comportamiento y las reacciones de uno hacia los demás. Es crucial reconocer que las expresiones lingüísticas de afecto varían según los diferentes períodos culturales e históricos.

El acto de etiquetar un vínculo como un «romance de verano» no solo describe la relación en cuestión, sino que también tiene la capacidad de influir en su trayectoria. La etiqueta ejerce una influencia significativa en la percepción y valoración del tiempo que se pasa con otra persona, así como en la propensión a buscar una relación a largo plazo.



El estudio subraya la idea de que el vocabulario tiene el potencial de empoderar a las personas. Un vocabulario más amplio permitiría a Holly experimentar con diferentes etiquetas, lo que podría moldear sus relaciones de diversas maneras.

Por ejemplo, el término «eintagsliebe», derivado de la palabra alemana para «efímera» y que se traduce como «amor de un día», se refiere a una relación intensa y breve. Los «amantes de las cometas», un término acuñado para describir a las personas con una conexión romántica profunda pero transitoria, a menudo caracterizada por encuentros esporádicos y relaciones a distancia, ejemplifica la complejidad del amor moderno. Una «holibae» es un tipo especial de cita que ocurre solo cuando uno está de visita en casa por vacaciones. Otro concepto notable es el de «zipcoding», que implica la práctica de iniciar una relación romántica exclusivamente cuando ambas partes residen en el mismo código postal.

El diccionario del poliamor. Las palabras crean posibilidades, y el reciente aumento de interés por el poliamor, o tener más de una relación romántica a la vez, ha introducido una cantidad sustancial de vocabulario nuevo.

Un «compañero ancla» es una figura central en la vida romántica de uno. Un «compañero de nido» es un término utilizado para describir a una pareja con la que uno reside. Un «compañero satélite», por otro lado, se caracteriza por una mayor distancia emocional y física de su lugar de residencia. Los léxicos que han sido moldeados por las relaciones monógamas tradicionales pueden no diferenciar entre estos tipos de relaciones debido a la percepción de las parejas que no cohabitan como meras fases transitorias, que en última instancia conducen a la disolución o transformación en relaciones más serias a través de la cohabitación.

Las relaciones poliamorosas, en virtud de su naturaleza, desafían las construcciones sociales convencionales que rodean a las relaciones, lo que hace necesario el desarrollo de un vocabulario más matizado y completo para articular y comprender estas innovadoras estructuras de relación. Estos novedosos conceptos dan lugar a multitud de posibilidades sobre cómo las personas poliamorosas interpretan y estructuran sus relaciones.



La «energía de una nueva relación» se define como la euforia inicial que se experimenta en una nueva relación. Por el contrario, la «energía de una relación establecida» significa la comodidad que se deriva de una relación estable y duradera. Estas emociones son especialmente destacadas en el contexto de las relaciones poliamorosas, donde la emoción de una nueva relación puede coexistir con la comodidad de las relaciones preexistentes.

Sin embargo, cabe destacar que las relaciones monógamas también pueden beneficiarse de estas innovaciones lingüísticas. Las relaciones monógamas también pueden abarcar la nueva energía de la relación, la energía de la relación establecida y las asociaciones de anidación, anclaje y satélite, aunque no siempre se etiqueten explícitamente como tales. Estas autocomprensiones influyen en los valores, las emociones, los compromisos y las creencias que las personas emplean para establecer y mantener relaciones.

Turismo conceptual

Los esquemas conceptuales, o las palabras y conceptos que tenemos para entendernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, tienen una flexibilidad permisiva: esta flexibilidad es evidente en las variadas interpretaciones de palabras como «amor», «enamoramiento» y «bicurioso», que pueden estar sujetas a diferentes percepciones y definiciones. Esta diversidad de interpretación no implica la presencia de error en ningún individuo o grupo. Esta flexibilidad nos permite explorar diversas interpretaciones del mundo y de nosotros mismos. Esta capacidad de exploración conceptual y de navegación por la ambigüedad es lo que se conoce como turismo conceptual.

Para ilustrarlo, consideremos el escenario en el que Nell desarrolla un sentimiento enigmático por un nuevo compañero de clase. Aunque puede encontrarlo encantador, ingenioso y atractivo, no se trata de un caso sencillo de atracción romántica. La capacidad de Nell para conceptualizar sus sentimientos como un «flechazo» o no depende de la definición que emplee. La alteración de su definición de «enamoramiento» modificaría en consecuencia su autoidentificación como enamorada. Esto, a su vez, podría afectar a si Nell se percibe a sí misma como queer o heterosexual.

Si se dispusiera de términos alternativos para describir sus sentimientos, existe la posibilidad de que Nell los interprete como «atracción altera», definida como el deseo de intimidad emocional que queda fuera de los parámetros convencionales de las relaciones platónicas o románticas. Puede buscar una «relación queerplatónica», que se asemeja a una relación romántica convencional pero sin intimidad sexual ni romance convencional. Alternativamente, si sus sentimientos son particularmente intensos, podría autoidentificarse con el término «limerencia», que se refiere al enamoramiento obsesivo.



La autoatribución de etiquetas ejerce una influencia significativa en la autopercepción de los individuos, la interpretación emocional y la valoración de sus relaciones. La atención que los individuos asignan a estos fenómenos puede influir en la expresión de emociones particulares y en el cultivo de actitudes específicas, como la gratitud profunda, que puede servir para diferenciar el amor del enamoramiento.

Por ejemplo, si Nell identifica
un enamoramiento, puede sintonizar más con la emoción que siente por su compañero de clase, reforzando así esas emociones en un bucle de retroalimentación positiva. Por el contrario, si etiqueta sus sentimientos como admiración platónica, puede interpretarse a sí misma como nerviosa por impresionar a su nuevo compañero de clase.

Nell puede experimentar con diferentes etiquetas, como «atracción amorosa», «queer», «enamoramiento», «limerencia»,

La capacidad de participar en el turismo conceptual, o la capacidad de navegar y comprender diferentes marcos conceptuales, puede ser una habilidad cognitiva valiosa. Implica la agilidad cognitiva para adoptar marcos conceptuales contrapuestos y experimentar con marcos interpretativos novedosos. Este proceso puede mejorar la autocomprensión, cultivar la autodeterminación e influir en las decisiones románticas.

El contexto cultural proporciona invariablemente un léxico de apego que da forma a la forma en que los individuos se relacionan con los demás. Una cultura que es más deliberada sobre las palabras que utiliza para diferentes tipos de atracción puede ayudar a las personas a vincularse de formas nuevas y más abiertas.

Además, funciona como un catalizador significativo para los esfuerzos educativos: la adquisición de nuevas expresiones lingüísticas puede facilitar la mejora de la vida romántica de uno.